El municipio de Pocona,  a 145 kilómetros de la ciudad, tiene viva la memoria de su pueblo, que desafía el tiempo y busca proteger sus Chilijchis, árboles centenarios que se encuentran en su plaza principal. 

Tras la denuncia de intento de tala de uno de estos árboles es que los vecinos  informaron de las gestiones para su reconocimiento como Patrimonio Natural, Municipal, Departamental y Nacional. También buscan alentar a las autoridades a contribuir con su cuidado y realzan la historia de este poblado.

Y es que al llegar a la Plaza, son los majestuosos árboles de Chilijchis, Cedros, un hermoso Jacaranda y dos Jarkas de más de cuatrocientos años, quienes obnubilan y abrazan con su imponente y generosa presencia. Son testigos vivos de un pueblo y un territorio cuya historia y memoria tiene raíces así de profundas y que en la actualidad se constituyen en los únicos referentes del pasado.

Se cuenta, según la tradición, que estos árboles todavía cuidan el oro guardado en “siete salones”, que había sido recogido de toda esta región para llevarlas al Cuzco y ayudar en la liberación del Inka Atahuallpa. La noticia de su muerte truncó este propósito, obligando a esconderlo en las entrañas de la actual Plaza. Cohabita junto a este entierro un manto de misterio y embrujos que permitieron mantener intocable este tesoro. Se dice que seres y animales míticos residen ahí y fungen de guardianes.

Ahora contribuyen a la creación de un paisaje y es vital en sus funciones ambientales y en el sostenimiento de un ecosistema que viabiliza su fecundidad agrícola y su referencia a la memoria histórica.