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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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“MI FAMILIA EN EL CAMPO” ES UNA OPCIÓN SALUDABLE DE VIDA QUE ELIGIÓ JUAN TUNUPA

La opción de vivir en una casa de barro y cultivar sus alimentos

El objetivo es formar una comunidad en la que las personas puedan intercambiar alimentos producidos en sus huertos, además de recuperar la tierra que está cansada.
El jardín y la casa de la familia de Juan Tunupa.    JUAN TUNUPA
El jardín y la casa de la familia de Juan Tunupa. JUAN TUNUPA
La opción de vivir en una casa de barro y cultivar sus alimentos

La familia de Juan Tunupa ha optado por una alternativa “saludable”, trasladarse a una zona periurbana de Cochabamba, construir su casa con barro y cultivar sus propios alimentos con el objetivo de recuperar la armonía con la naturaleza y conformar, en un plazo prudente, una comunidad.

Afincado en la localidad de El Paso, en el sector de Pandoja, la familia de Juan Tunupa vive desde hace cuatro meses cultivando verduras de hoja verde e intercambiando los productos que requiere con otras personas.

Juan estudió permacultura, una ciencia que ayuda a que los asentamientos humanos estén en armonía con la naturaleza, “de forma más sostenible”.

“Día a día agradezco a la vida la oportunidad de tener a mi familia en el campo”, señala Juan en su sitio de Facebook y en el que, con cierta frecuencia, brinda consejos para cultivar alimentos, cosechar agua de lluvia, construir una casa con adobe y cómo preparar el terreno, entre otros.

Asegura que vivir en el campo, en una casa de barro y cultivar sus propios alimentos, no solo ayuda a la salud física sino también a la salud mental, “porque, actualmente, las personas en las ciudades viven a un ritmo que no está acorde con la naturaleza y por eso sufren estrés y depresión”.

Agrega que estas personas trabajan todo el día, llegan a sus casas solo para ver televisión y se duermen. Al día siguiente siguen la misma rutina, aisladas de la realidad natural, lo cual les provoca mucho sedentarismo y sobrepeso.

“En el campo, al contrario, las personas trabajan sanamente, se conectan con los ciclos de la naturaleza, trabajan cuando llegan las lluvias y descansan después de la cosecha, en la época de invierno. En esta época se reduce la actividad en el huerto y se comienzan con el trabajo mental, se empiezan a planificar las actividades de construcción”, puntualiza.

CASA DE BARRO Un primer paso para que su familia se adapte a su nuevo entorno fue la construcción de una casa de barro, material que, según Tunupa, conserva mejor la temperatura ambiente, es decir, es más fresco en el día y más caliente por la noche.

“De primera mano les puedo decir que vivir en esta casa es el lugar más agradable en el que he vivido. Dormimos calientes y felices, y cuando afuera el sol está muy fuerte y brillante adentro es refrescante. Esto es por la propiedad del barro de captar calor del sol y soltarlo poco a poco”.

Entre otras ventajas, enumera que regula la humedad interna, no produce escombros en la etapa de construcción de la casa, porque el material que no se utiliza se lo puede devolver a la tierra o darle otro uso. Es reciclable, todos los materiales se consiguen en la zona y no contiene tóxicos.

COMUNIDAD Juan vive en una vivienda de barro con su esposa y su hija de casi dos años, y su intención es formar una comunidad en la que exista una estrecha colaboración para el bienestar de todos.

Asegura que una persona o una familia no se puede sostener sola, porque necesita lo que los otros producen en cuanto a su alimentación y necesidades básicas.

Tunupa busca que otras familias aprendan a cultivar sus propios alimentos, que son más saludables, y que construyan sus viviendas con barro en sectores periurbanos o en el campo.

“Empero, formar una comunidad no es una tarea sencilla, pero se puede lograr poco a poco. Hay personas que están en este proceso de traslado al campo para cultivar sus alimentos. Algunas ya están construyendo sus casitas de barro, realizan el tratamiento de las aguas grises, el baño con pozo seco, el jardín con su huerto, es decir, comparten esta filosofía”, señala.

ALIMENTOS Cultivar en huertos familiares tiene los objetivos de producir alimentos más sanos y recuperar los terrenos que están cansados por un mal manejo. 

“Nos conmueve pensar que un día podamos vivir de lo que más nos gusta hacer, por eso agradecemos cuando hay tan buen recibimiento hacia las verduras que cosechamos”. 

Lo más satisfactorio de sembrar “tus alimentos”, según Tunupa, es que “sabes que no tienen químicos, sabes de dónde vino la semilla, sabes cuánto esfuerzo tomó cultivarlos, sabes cuánta agua se usó en ellos, todo lo que tuvieron que pasar esas plantitas para dar ese fruto, esa hoja verde”. 

“En nuestro caso, nos costó creer que, además de saber su origen, tienen un sabor significativamente más agradable: no hay algo que hayamos sembrado que haya sido desagradable de comer. En cambio, muchas veces compramos algún producto del mercado y podemos decir, sin ninguna duda, que su calidad es comparable a la de comer cartón, tanto en la textura, en el sabor, en el olor”. 

Agrega que cuando una persona cultiva en su propio terreno, se encarga de que este suelo descanse, de que los cultivos roten, de que esté bien abonado y de que haya variedad de especies y de bacterias, hongos, insectos. 

Las cosechas de Juan Tunupa son tan abundantes que deben compartir con otras personas, intercambiar o finalmente vender.

Esta familia practica dos tipos de agricultura, la biointensiva y la natural.

BENEFICIOS Tunupa señala que luego de estar lejos de todo y todos, no escuchar ruidos de autos, ni ver el smog de la ciudad, no levantarse con alergias o tos. Despertar con los pajaritos, con los sonidos de animales o de un tractor muy lejano en un terreno contiguo, la lluvia, dormir escuchando a los grillos y a los sapos, a las ranas, eso les dio una emoción de paz y de tranquilidad.

“Pero lo más significativo de nuestra vida nueva es el enorme estímulo visual que tenemos: colores, pastizales, flores, montañas, animales silvestres, agua. En resumen: se siente mejor que antes de vivir aquí, con sus retos y todo, se siente bien, se siente que crecemos día a día”.

Finalmente, Tunupa recuerda que la Tierra es generosa: “se pone unas semillas en ella y como magia surge una planta”.