Sebastián, un hombre de 60 años, tomó una cuerda y la envolvió en un trompo. Con rapidez tiró el cordel e hizo bailar el juguete de madera. Su nieto de nueve años observó la destreza de su abuelo y se aventuró a copiar sus movimientos

Desde muy temprano, cientos de familias llegaron ayer hasta la plazuela Cobija para ser partícipes de los juegos de antaño, como la pelota voladora, salta salta, trompos, coscojo, tawasara y tilinka. Además, fabricaron carritos con material reciclado. Usaron bidones de aceite, latas de sardina y tapitas.
Asimismo, en un sector de la plaza, bajo sombrillas blancas y manteles de aguayo, la población se sirvió platos de la Ñawpa Manka Mikhuna (comida de los abuelos). Degustaron los alimentos en bandejas de barro. Con un casco sacaban el refresco de maíz de una jarra también hecha por artesanos

Unas mujeres jóvenes con polleras y sombreros prepararon la huatía, un plato de origen andino. Ellas armaron el horno con piedras y colocaron leña. Pusieron a cocer papas y algunas hortalizas.  La actividad es un legado del profesor Wilfredo Camacho. Ahora sigue su esposa Melvi Mujica y un grupo de jóvenes.