“Trabajamos el triple, somos los primeros en recibir un caso COVID-19, por tanto, estamos en primera fila, pero nadie considera eso”, es el testimonio de un médico residente que pide que habiliten para ellos un seguro de riesgo y de vida.

Ayer, varios residentes se apostaron en puertas del hospital Viedma y pidieron atención a su condición. Los residentes son médicos cirujanos que optan por una especialidad, que dependiendo del área puede tener entre tres a cuatro años de extensión.

Durante ese tiempo, los médicos deben asistir a los hospitales y realizar turnos. En esta época de crisis sanitaria en que los hospitales han colapsado y el personal médico se ha enfermado con el virus COVID-19, los residentes cumplieron un rol fundamental, pero de alto riesgo.

Dos testimonios de médicos que realizan especialidades en el hospital Viedma cuentan la situación en centro de salud más grande de Cochabamba. Prefieren mantener sus nombres en reserva, por razones de seguridad.

Calculan que en Cochabamba deben ser unos 200 distribuidos en diferentes hospitales, de los cuales al menos 70 están en el Viedma. 

Durante la pandemia, al menos 20 personas se contagiaron y uno de ellos falleció la anterior semana cuando estaba a seis meses de terminar los cuatro años de la especialidad en Traumatología.

“Tenemos el título de médicos cirujanos. Casi todos son jóvenes y queremos seguir avanzando en la carrera de Medicina. Nuestra intención es servir a la población, atender su salud”, dijo uno de ellos. 

Permanecen entre turnos, asistencia a los hospitales e incluso exámenes por cuatro años si la especialidad a la que aspiran es más compleja. 

Otra residente cuenta: “Trabajamos de forma asistencial en los hospitales desde las 7 de la mañana hasta las 5 de la tarde, a veces nos quedamos hasta las 7 de la noche. Hacemos turnos de 36 horas dos veces a la semana”.

Al margen realizan aún horas académicas en su formación o realizando exámenes.

REMUNERACIÓN Tienen contratos temporales con el Ministerio de Salud del que perciben una especie de salario cuyo monto es un poco más que el sueldo básico. Ganan 3.000 bolivianos.

“Solo algunos gozan de un seguro de salud, pero es muy parcial y en varios casos cuando los médicos cirujanos se enferman el seguro no ha cubierto la atención médica”.

“No somos ni especialistas ni médicos generales, estamos en el medio y en línea frente al COVID-19”.

EN LA PANDEMIA Ambos entrevistados por separado coinciden en señalar que sin ser especialistas   están más al frente de la pandemia. “El especialista ya formado basa su atención en la labor del residente que hace el trabajo más pesado. Nosotros recibimos a los pacientes primero, los evaluamos y sabemos si tienen síntomas de COVID-19. Estamos expuestos bandeando al virus”.

Los dos residentes señalan que los insumos de seguridad son insuficientes para protegerlos. Les entregaron un enterizo y unos lentes en total, un barbijo N95 limitado cada semana y ellos deben comprar el resto.

“Trabajamos el triple de nuestros jefes médicos y percibimos solo 3.000 bolivianos. No alcanza para hacer otras compras extras”.  

Los internos -egresados de Medicina y que deben prestar servicio en hospitales a modo de práctica- se han replegado. Por tanto, los residentes han quedado solos para apoyo.

“Requerimos que nos habilite el seguro de riesgo y el de salud. Tenemos contratos temporales, pero en caso de fallecimiento el tema es ambiguo. No tenemos ítem y somos como becarios por hacer la especialidad. Se tiene que habilitar el seguro para los residentes”, dijo una médico cirujana.

“En teoría deberíamos quedarnos 120 horas, pero pasan las 300”.

MINISTERIO DE SALUD Un personero de la ASUSS explicó que los médicos residentes dependen del Viceministerio de Salud, que existe un reglamento establecido para que desarrollen su trabajo, y que tienen un seguro médico, pero que éste no contemplaba un seguro de vida.