La mazamorra salió por el lado este del río Taquiña arrasando con todo lo que encontró a su paso. El lodo llegó desde la avenida Circunvalación, en Tiquipaya, hasta la avenida Blanco Galindo. Rompió barricadas que los vecinos pusieron para detener el agua, destrozó muros y atravesó por medio de las casas. Arrastró a una mujer y tres niños que luego fueron rescatados.

 El alcalde de Tiquipaya, Juan Carlos Angulo, dijo anoche que fueron rebasados y que la maquinaria que tenían no pudo contener el aluvión. Pidió que la gente se ponga a buen resguardo porque el peligro no ha pasado.

Hace dos años, el 6 de febrero de 2018, Tiquipaya sufrió un alud de mayor incidencia sepultando casas y matando a cinco personas.

La autoridades instalaron disipadores, pero el jueves pasado la lluvia rajó un dique de contención que ayer terminó por romperse a la altura de la Circunvalación. El agua pasó por entre las casas marcando su propio curso.

Las autoridades advirtieron que los asentamientos   están sobre la torrentera.

Acudieron a ayudar la Policía y rescatistas, además de la Gobernación y la Alcaldía. Hasta el cierre de esta edición, el grupo de salvataje SAR Bolivia informó que el alud afectó siete cuadras y 15 viviendas aproximadamente. “Hasta ahora no se conoce de daños humanos. Este evento fue de menor intensidad que el ocurrido en 2018, cuando el agua desbordó por ambos lados”.

La avenida Ecológica estaba llena de colchones, catres, refrigeradores, turriles y otros muebles. La gente lloraba. Pedía auxilio y maquinaria para que saque el lodo del lugar. 

El agua arrastró piedras por hora y media relató el responsable del SAR, Alexander Antezana.

“Ayudamos a las personas a que salgan de sus casas”.  Ciudadanos pedían ayuda desde los techos.

Sucedió desde las 19:00. El alcalde Angulo dijo que fueron afectados vecinos de Th’ika Jatu, Linde y Chiquicollo. “A los de Trojes, Kanarrancho, Villa Esperanza y Rumy Mayu les decimos que cuiden a sus familias. El agua está bajando por todo lado. El río se ha desbordado.

Refugio La cancha de futsal de Molle Molle se convirtió en refugio, donde son atendidos algunos heridos. José Guzmán, dirigente de la OTB Central, acusó a la Alcaldía por no tomar “previsiones”.