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  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
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Luto por Betty Condori, la periodista que paró rotativas para contar la muerte de Fidel Castro

“Changuis, ¿cómo te ha ido?”, era el saludo coloquial de la mujer nacida en Oruro, donde el destino hizo que también pase sus últimos días. Trabajó en OPINIÓN por más de 25 años.
Betty Condori durante un acto de premiación en reconocimiento a su trabajo.
Betty Condori durante un acto de premiación en reconocimiento a su trabajo.
Luto por Betty Condori, la periodista que paró rotativas para contar la muerte de Fidel Castro

"¡Qué emoción, siempre quise parar una rotativa!".

El compromiso con el trabajo periodístico de Betty Condori hizo que detenga la impresión de los periódicos, el 25 de noviembre de 2016, cuando murió Fidel Castro, para cambiar la primera plana.

Betty Isabel Condori Rojas nació en la tierra del Pagador, Oruro, el 14 de septiembre de 1964. Y en este otoño, de 2021, su cuerpo no pudo contra el coronavirus, COVID-19; falleció a los 56 años en su tierra natal, aunque vivió en Cochabamba y trabajó por más de dos décadas en el diario OPINIÓN.

Estudió en el colegio Donato Vásquez, y el pasar del tiempo no la alejó de esas épocas, pues las reuniones con sus amigas de entonces eran frecuentes.

Estudió en la Universidad Técnica de Oruro (UTO) y fue parte de la segunda promoción de la carrera de Comunicación Social de esa casa de estudios superiores.

Recorrió los caminos del periodismo más de la mitad de su vida. Su trabajo fue reconocido también en vida.

Amable, generosa, sonriente, paciente, entregada a su carrera, comprometida con el sindicalismo. Quienes la conocieron le dedican palabras evocando sus innumerables cualidades y rescatando momentos que no son de olvido.

Bien recuerdan sus excompañeras en OPINIÓN, entre ellas Ana Liz Justiniano y María Luisa Mercado, que el 25 de noviembre de 2016, cuando la edición del diario se había cerrado temprano y a la una de la mañana comenzaban a imprimirse los ejemplares. Pero, llegó la alerta de la muerte del líder cubano Fidel Castro.

Entonces, pese al agotamiento del trabajo hasta esas horas, Condori dio la orden de parar la rotativa.

“En cuestión de segundos, la adrenalina se apoderó de nuestros cuerpos y comenzamos a trabajar en la portada y la nota principal. Al terminar, nos miramos, sonreímos”, narra Justiniano.

Detalla que Condori exclamó: "¡Qué emoción, siempre quise parar una rotativa!".

Los inicios en Huanuni y las décadas en OPINIÓN

En los años 90, Condori estaba en su último año de la carrera de Comunicación de la Universidad Técnica de Oruro (UTO).

Freddy Calle, quien entonces era jefe de prensa de Radio Nacional Huanuni, recuerda que ella llegó junto a sus compañeras a pedir un espacio con el fin de realizar prácticas.

“Aceptamos esa solicitud y todos los fines de semana ella llegaba con el grupo de chicas a realizar un programa los sábados, era una rediorrevista informativa, de análisis”.

Cada semana, Condori viajaba 50 kilómetros, la distancia entre Oruro y Huanuni, para cumplir con el programa en la emisora sindical minera, junto a sus compañeras.

“Sus compañeras se inclinaban más por la locución, la animación, alguna por el teatro. Pero, ella, Betty, se inclinaba más por el periodismo, porque cada vez que llegaba se acercaba a la sala de prensa a conversar con nosotros (…). Nos ofrecía alguna vez poder ayudarnos. Noté en ella siempre que quería hacer periodismo. En su programa, el sector que abordaba era de temas coyunturales, política; era el fuerte de Betty”, describió y acotó que siempre era inquieta, participativa y propositiva.

Esas fueron las vísperas de una carrera que no dejaría por décadas.

Los caminos la trasladaron a Cochabamba, donde trabajó por más de 25 años en el diario OPINIÓN, medio de comunicación donde ocupó cargos en diferentes áreas.

El terremoto de Aiquile y Totora de 1998, la explosión con muertes en el Carnaval de Oruro en 2018, son parte de la historia contada a través de sus textos.

“Tu pasión periodística no respetaba horarios ni fines de semana. Pese a lo absorbente del trabajo de la redacción, nunca descuidaste tu familia ni tu permanente formación y quién sabe cuántos viajes y cursos quedaron truncos en tu agenda”, le escribió Mercado.

El buen periodismo

Betty Condori (centro) en el premio BISA, en 2014.

El trabajo destacado de Condori fue reconocido con condecoraciones.

Ganó el premio Bisa de Periodismo Económico en 2014, junto a Leslie Lafuente. Además de recibir el Premio al Buen Periodismo convocado por la Asociación de Periodistas de Cochabamba (APC), en la categoría género entrevista con el trabajo "Rosita, 44 años ofreciendo placer en la misma esquina", en 2017.

También fue acreedora de fondos concursables que le permitieron realizar investigaciones abordando diferentes temáticas, entre ellas la violencia hacia la mujer.

Su trabajo se enfocaba en la responsabilidad.

“Para ser buen periodista hay que ser buena persona”, una sentencia del periodista polaco Ryszard Kapuscinski, era una de sus preferidas.

Su trato cordial y su forma de ser es hoy recordado por sus allegados, amigos y compañeros.

“Changuis, ¿cómo te ha ido?”, solía repetir con frecuencia casi como un saludo.

Sin tener idea de que se iría aquejada por el virus, la periodista trabajó en la cobertura de la pandemia.

“Trabajamos en tiempos de pandemia y fui testigo de tu profesionalismo y entrega al periodismo. Fuiste una mujer muy comprometida con la sociedad y la información; duele tu partida, pero quedan tus enseñanzas”, le dedicó Gery Mamani.

La morenada, San José y Oruro

“San José es Oruro, Oruro es San José / El equipo de mis amores es San José”.

No era de silencios. Condori tenía siempre una radio cerca, en su escritorio, o los audífonos en los oídos. Si una morenada sonaba, su rostro se llenaba con su sonrisa y, si había fiesta, era centro de pista, con canto y baile.

La orureña no escondía su preferencia en fútbol, el equipo de San José; y les robaba minutos a sus jornadas si el grupo Llajtaymanta llegaba a Cochabamba para dar algún concierto.

“El chiru chiru me llaman a mí por robar tu corazón (…)”.

“Siempre fuiste el alma de la fiesta. Bailarina incansable, tu alegría de vivir contagiaba a todos. Pero, también sabías escuchar con empatía, podías ponerte en el lugar del otro y siempre tenías una palabra de ánimo, un consejo respetuoso, una frase, un abrazo lleno de entrañable cariño. ‘Esto va a pasar, changuis, no vale la pena dejar de alegrarse’, decías”, le escribió Darynka Sánchez, quien fue su compañera en OPINIÓN.

El semblante de Condori exponía alegría cuando concluía un texto, cuando terminaba una investigación. Se sujetaba ambas manos y sonreía frente a la pantalla de la computadora, como un símbolo de aprobación a su propio trabajo.

Su Oruro del alma es donde siempre volvía.

El destino, la pandemia, hizo que vuelva a su tierra para estar con el ser que le dio la vida, su madre, quien estaba delicada, a quien siempre trató con dulzura, por quien se desvivía y a quién acompañó hasta el último momento, sin saber que el mismo mal se llevaría también su vida.

Hace semanas, su trabajo estaba acompañado, en las noches, por el sonido de la rotativa que empezaba a imprimir las ediciones del día siguiente.

Hoy, la rotativa no para. Sigue imprimiendo, esta vez para rendir homenaje a la vida de Betty Condori, desde OPINIÓN.

Betty Condori (tercera de la izquierda) junto a sus compañeros de OPINIÓN, luego de un acto de premiación a trabajos periodísticos.