Opinión Bolivia

  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
  • Actualizado 03:42

Lanzan proyecto para concientizar sobre el peligro de extinción de la paraba frente roja

Según los datos que otorga el proyecto, a principios de 1980 existía más de 5 mil parabas frente roja; actualmente quedan alrededor de mil.
Dos parabas frente roja en Mizque. CAPTURA DE VIDEO GOBERNACIÓN
Dos parabas frente roja en Mizque. CAPTURA DE VIDEO GOBERNACIÓN
Lanzan proyecto para concientizar sobre el peligro de extinción de la paraba frente roja

La paraba frente roja es una especie endémica de Bolivia que se encuentra en grave peligro de extinción desde 1980. Por eso, varias instituciones nacionales e internacionales se unieron para lanzar un proyecto que busca concientizar el peligro que vive la especie

En un video, de 13 minutos, se relata la historia de la paraba frente roja y cómo sobrevive en los valles interandinos del país. Este animal es conocido por los pobladores de Mizque como qaqa loro, palabra quechua que denota la preferencia del loro por posarse sobre las rocas.

Filemón Soto es un poblador de la comunidad Perereta, de Mizque, y forma parte del comité de administración de la Reserva Comunitaria de la Paraba Roja y su albergue ecoturístico, que protege la especie. Cuenta que la alimentación de la paraba se basa en las frutas de la temporada, el maíz y el maní. El video fue realizado por la Asociación Civil Armonía y Reserva Frente Roja en coordinación con la Gobernación de Cochabamba, la Secretaría de la Madre Tierra y otros municipios más.

“Es una especie única en el mundo, que eligió un hábitat en los valles secos interandinos y no existe en ninguna otra parte más del planeta”, dice en el video Guido Saldaña, miembro de la Asociación Civil Armonía.

Según los datos que otorga el proyecto, a principios de 1980 existía más de 5 mil parabas frente roja; actualmente quedan alrededor de mil.

“Hemos reflexionado porque a nosotros también nos beneficia la llegada de los turistas. Ahora defendemos a la paraba”, asegura Soto.

El proyecto está financiado por American Bird Conservancy, una organización sin fines de lucro que tiene la misión de conservar las aves nativas y sus hábitats en las Américas.