El hospital del Niño Manuel Ascencio Villaroel, que trata a 18 niños que reciben hemodiálisis, solamente cuenta con dos espacios reducidos para albergarlos y apenas cuatro máquinas para realizar el procedimiento.

"Esto se inició con un número menor de pacientes, pero, con el pasar del tiempo, vinieron más pacientes y no pudimos cambiar de ambiente, por lo que la calidad de atención es muy baja", dijo el director del hospital, Miguel Sáenz Amuruz.

El médico espera que en 2021 se realicen gestiones para mejorar las condiciones del establecimiento, conseguir medicamentos y personal capacitado en enfermedades renales.

Aunque, asegura, no será fácil ya que debido a que este hospital es una construcción gestionada por el Gobierno de China, los contratos impiden realizar modificaciones estructurales, aspecto que debe ser subsanado para mejorar la atención a los pacientes.

Los médicos y los padres luchan cada mes con las dificultades para conseguir medicamentos y un tratamiento de calidad para los pequeños, quienes intentan sobrellevar la situación con las fiestas navideñas.