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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
  • Actualizado 10:30

Un hospital COVID-19 empieza a saturarse; mientras, 20 respiradores están encajonados

La autorización de uso debe provenir del Ministerio de Salud, señaló el Director del SEDES. Falta el software y los accesorios. La investigación por presunto sobreprecio en la compra dejó congelada su distribución. 
Los respiradores españoles encajonados en almacenes del SEDES. ARCHIVO
Los respiradores españoles encajonados en almacenes del SEDES. FOTOS: DICO SOLÍS
Un hospital COVID-19 empieza a saturarse; mientras, 20 respiradores están encajonados

El Hospital Solomon Klein, uno de los tres centros de referencia para pacientes por coronavirus de Cochabamba, comenzó a saturarse y está ocupado al 90% de su capacidad, informó el viernes el jefe de Vigilancia Epidemiológica del Servicio Departamental de Salud (SEDES), Rubén Castillo.

En tanto, los 20 respiradores españoles entregados por el Gobierno hace una semana están almacenados sin uso, ya que la investigación abierta por presunta corrupción contra funcionarios del Ministerio de Salud por la compra de estos equipos impide su distribución.

Castillo reportó que hasta ayer Cochabamba registró 266 pacientes por COVID-19, de los cuales 55 están recuperados y un cierto porcentaje no requiere internación porque su estado lo permite, pero en algunos establecimientos de salud ya se percibe saturación como en el caso del hospital de Sacaba. Los otros centros de referencia son el Hospital del Sur (con 20% de su capacidad ocupada) y el Hospital del Norte es el que recibe casos positivos en aislamiento, el objetivo es que esté disponible para no tener que alquilar un hotel.

El Hospital Solomon Klein fue calificado por el SEDES como el primer hospital de referencia del departamento para pacientes por COVID-19. En una visita realizada el 9 de mayo, el director del SEDES, Yercin Mamani, lo declaró como el primer centro completamente equipado y funcionando de todo el departamento en la lucha contra el virus. 

insumos

En tanto, en una inspección realizada la mañana  de ayer, se verificó que los 20 respiradores entregados el 15 de mayo por la presidenta Jeanine Áñez están en calidad de depósito en almacenes del SEDES. 

La asambleísta Lizeth Beramendi, quien hizo la verificación acompañada de Mamani, señaló que la investigación por posible corrupción impide usar esos equipos. La empresa vasca que intermedió la compra informó que no completará la entrega del software y los accesorios hasta que el Gobierno le pague el saldo adeudado, pago que quedó congelado cuando estalló el escándalo. 

“La autorización (para usar los respiradores) tiene que venir del Ministerio de Salud. Ahora, con los conflictos, no podemos hacer nada”, dijo Mamani y añadió que en el mercado local no hay disponibilidad de estos equipos. Dijo que otros ocho ventiladores debían llegar hasta la próxima semana, con los que tendrían el 100% de equipamiento en el Solomon Klein y en el Hospital del Sur.

INSUMOS SIN USO En la inspección a los almacenes del SEDES también se encontró que siguen almacenadas miles de piezas de insumos de bioseguridad encontradas a fines de abril, en un acto de fiscalización de la Comisión Tercera de la Asamblea Legislativa. Son más de 8.000  barbijos N95, 1.300 barbijos con válvula, 3.000 mamelucos, batas y guantes de bioseguridad que no se pueden distribuir a centros de salud y hospitales debido a que la denuncia de los asambleístas obligó a la Unidad de Transparencia de la Gobernación a iniciar una auditoría interna para verificar los procesos de compra y de entrega.