Unas bebidas frutales que reposan en gigantescos peroles de cobre desprenden una miscelánea de olores que cautiva más de un sentido. Son 10 variedades de guarapo.

Hay fermento de manzana, uva, membrillo, granada, guayaba y chirimoya, entre otras. Todos hechos por doña Eufronia.

Esta mujer convirtió su casa ubicada en Cliza en un auténtico paraíso del guarapo. 

Montó este centro de producción hace al menos 40 años, en la comunidad de Huaña K'awa, ubicada en ese mismo municipio.

Destaca del resto de guaraperas por el proceso de producción artesanal que preserva hace casi medio siglo, cuyos elementos básicos son la leña y los peroles.

Además, sus bebidas son cotizadas en el Valle Alto porque se elaboran con base en frutas cultivadas en huertos propios.

Esta jornada este espacio tradicional abrirá sus puertas a los turistas para que degusten de cada uno de sus fermentos.