Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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A MÁS DE MEDIO MES DE LA CONVULSIÓN EN COCHABAMBA

Herido recuerda la violencia y aún persiste una vigilia en Defensoría

El delegado defensorial, Nelson Cox, presenta demanda penal contra quienes mantienen cercada la oficina hace seis días exigiendo su renuncia y acusándolo de ser masista.
El joven André Guillén muestra las heridas causadas durante los enfrentamientos. BETTY CONDORI
El joven André Guillén muestra las heridas causadas durante los enfrentamientos. BETTY CONDORI
Herido recuerda la violencia y aún persiste una vigilia en Defensoría

La escena de la calle 16 de Julio, cerca de la plaza Constitución, lleva a la memoria los momentos vividos las últimas semana de octubre. Un grupo de 15 personas instaló una barricada en puertas de la Defensoría del Pueblo de Cochabamba exigiendo que el delegado defensorial, Nelson Cox, renuncie. Lo señalaron como militante del Movimiento Al Socialismo, MAS, el partido del expresidente Evo Morales.

Hasta esa esquina llegó un equipo de prensa internacional. La asambleísta del frente Único Lizeth Beramendi y otras personas cantaron para las cámaras: “¡Quién se cansa! ¡Quién se rinde!”.

Enseguida contaron el motivo de la medida de presión. Cerca de ahí, André Guillén un joven de 19 años de edad mostró las heridas que sufrió en el enfrentamiento entre productores de la hoja de coca afines al MAS y grupos que denunciaban fraude en las elecciones generales del pasado 20 de octubre y exigían la renuncia a la Presidencia de Morales.

Mientras se escuchan las arengas, Guillén relató que la tarde que los cocaleros quemaron un árbol en la Plaza de las Banderas, él fue golpeado con algún objeto contundente en la parte posterior de su cuello donde quedaron las huellas de dos tajos de unos 20 centímetros, además de una herida de cuchillo en su pierna y en su mano. “Esa tarde vi a la gente desangrarse en el piso. A mí me ayudaron unas personas que al verme herido me llevaron a una casa y me curaron. Desde ese día me incorporé al grupo juvenil Resistencia Cochala”.

Guillén dijo que algunas noches tiene pesadillas. “En mis suelos veo a la gente herida. Estuve en el río Huayculi donde la violencia fue dura, incluso golpearon a un niño inocente”. Aseguró que esos días le marcarán de por vida.

A pocos pasos, personas lideradas por la asambleísta Beramendi y rodeadas por banderas, letreros y afiches exigieron que el delegado defensorial Nelson Cox renuncie porque “demostró que es masista”.

Las oficinas de la Defensoría no están abiertas desde hace seis días.

En tanto, Cox anunció que inició una demanda penal contra el “autor o autores” de la restricción de ingreso a una institución pública dedicada a la prestación de servicios, al derecho al trabajo, pero particularmente a quienes ocasionan un perjuicio a los ciudadanos que no pueden realizar sus trámites. 

“No solo me han calificado de asesino, de terrorista y otros epítetos, sino que han ido hasta mi casa en la noche para amedrentarme. Díganme si eso no es agresión, si no es violencia. Por razones obvias he dejado de acercarme a la oficina. Creo que la libertad de expresión ha sido abusada en este tipo de movilizaciones que ha rótulo de libertad  y de movilización aparentemente pacífica han restringido el ingreso a una institución pública y eso es alarmante más si consideramos que la asambleísta Beramendi es también una servidora pública”.

   En su defensa, la asambleísta aseguró que Cox es del MAS y que para el cargo se necesita un profesional imparcial. “¿Dónde estaba él cuando asesinaban en Huayculi (Quillacollo), mientras destrozaban el Pueblito, cuando mataban al electricista en la zona sur?”, cuestionó. Además, recordó que la defensora del Pueblo, Nadia Cruz, y Cox fueron al Trópico y participaron de una asamblea de cocaleros arengando: ¡Ni  olvido ni perdón, Justicia!. 

Dijo que si prospera la demanda penal en su contra, se defenderá en estrados judiciales.