Opinión Bolivia

  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
  • Actualizado 14:43

QUEMARON LAS OFICINAS EDILES

Grupo retiene y humilla a la Alcaldesa de Vinto

Patricia Arce fue asediada por personas que le obligaron a caminar descalza hasta Quillacollo, le cortaron el cabello y echaron tinta roja. 
La alcaldesa Patricia Arce mientras es llevada hasta el puente Huayculi, en Quillacollo.	       DICO SOLÍS
La alcaldesa Patricia Arce mientras es llevada hasta el puente Huayculi, en Quillacollo. DICO SOLÍS
Grupo retiene y humilla a la Alcaldesa de Vinto

Los enfrentamientos entre grupos afines al Movimiento Al Socialismo (MAS) y vecinos del Valle Bajo, con apoyo de la Resistencia Juvenil Qochala, en Huayculi, a la altura del kilómetro 10 de la avenida Blanco Galindo, desató la furia de los segundos que llegaron hasta Vinto, donde quemaron las oficinas municipales y retuvieron a la alcaldesa Patricia Arce.

A 18 kilómetros de la ciudad, el municipio sufrió un segundo ataque. El primero fue la semana pasada, tras la llegada de  mineros afines al MAS y los enfrentamientos. Los movilizados aseguraron que la autoridad masista financió su llegada. El discurso de la autoridad edil en un acto del presidente Evo Morales, en el que dijo que defenderá con la vida el proceso de cambio y que no tiene miedo, acusando “a unos cuantos malandrines” de la crisis política, también molestó a los pobladores. Así lo explicó el Defensor del Pueblo, Nelson Cox, y coincidió con lo que reclamaban los sectores. La ira creció ante rumores de dos muertos.

Tras los destrozos y quemas en la Alcaldía, videos muestran el momento en que Arce, entre empujones, es sacada del lugar y cae al piso. Sin zapatos, con el cabello cortado y ensuciada con tinta roja, recorrió varios kilómetros hasta el puente de Huayculi asediada por los grupos de movilizados que incluso se vio fue obligada a firmar su renuncia. A través de un comunicado, la Resistencia Juvenil Qochala aclaró que las acciones fueron protagonizadas por vecinos vinteños y no por ellos. En un contacto con la prensa, la autoridad edil cuestionó que este hecho sea legal y aseguró que su único error fue trabajar por su pueblo. Pese a la situación en la que se encontraba, gritó que no tenía miedo; negó que haya pagado a los mineros para movilizarse; y reiteró que está dispuesta a dar su vida por el proceso de cambio. Posteriormente, fue liberada y entregada a la Policía.

El Primer Mandatario, en su cuenta de Twitter, envió un mensaje para la alcaldesa en el que le expresa su solidaridad por “expresar y defender sus ideales y los principios de los más pobres” y condena las acciones violentas.