Opinión Bolivia

  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
  • Actualizado 10:30

A 51 días de la pandemia en Bolivia, Quillacollo aún no cree en el virus

Fue el primer municipio en adoptar medidas preventivas para controlar la expansión de los casos de COVID-19, pero la gente no acató las restricciones y el SEDES tampoco ayudó, denuncia la Alcaldía.
A 51 días de la pandemia en Bolivia, Quillacollo aún no cree en el virus

Quillacollo fue el primer municipio que tomó medidas de seguridad para controlar la propagación de la pandemia del coronavirus, sin embargo la situación salió del control de las autoridades porque en los últimos días el número de casos se incrementó de forma alarmante. 

La Alcaldía admite que desconoce cuántos contagiados pasean por las calles de la ciudad y que hay descontrol debido a la lentitud del Servicio Departamental de Salud, SEDES, instancia que aprobó el Plan de Contingencia recién el 20 de abril, a más de un mes de haber presentado. A eso se suma la gente que, conociendo las medidas de seguridad y restricción que existen, sale todos los días, ignorando la presencia del virus.

El secretario General de la Alcaldía, José Terán, denuncia que incluso hubo “complot” del SEDES administrado por el director designado por la Gobernación, Eddy Calvimontes, quien no aprobó en más de un mes el Plan de Contingencia presentado por el Gobierno Municipal. “Esa falta de normativa no dejó establecer los centros de aislamiento, de contingencia o COVID-19”. También señala que el trabajo desde la dirección del hospital de segundo nivel, Benigno Sánchez, no fue el adecuado en la vigilancia de los primeros casos de coronavirus.

SITUACIÓN El viernes 24, a las 9 de la mañana, la plaza Bolívar, la calle Héroes del Chaco, Pacheco, plazas 6 y 15 de Agosto parecían estar en día de feria dominical. Los puestos callejeros de comida estaban a cada paso, incluso se mantenían abiertas tiendas no relacionadas con la provisión de alimentos, las mujeres llevaban a sus bebés en carritos y las bicicletas cruzaban unas con otras.

El martes 28 de abril, la plaza Bolívar, que está sobre la avenida Blanco Galindo, no había cambiado mucho en su imagen. A diferencia del viernes se vieron policías y militares realizando mayor vigilancia.

Los casos de coronavirus fueron en ascenso dramático principalmente la última semana. 

El jefe de Vigilancia Epidemiológica del Servicio Departamental de Salud (SEDES), Rubén Castillo, informó el martes 28 de abril, que Quillacollo tenía 18 casos, de los 78 que se registraron en el departamento. De los 18 infectados, seis fueron confirmados entre domingo y lunes pasados. Todos de una sola familia, haciendo un total de 12 infectados de un entorno.

Entre las primeras medidas impuestas desde la Alcaldía para controlar la crisis sanitaria estaba el cierre de mercados cuatro días a la semana y el bloqueo a las vías de ingresos a la ciudad el 15 de abril. Tras esa fecha, la Alcaldía propuso extender la restricción, pero el Concejo Municipal no lo permitió.

El lunes 25 de abril, el Comité de Operaciones de Emergencia de Quillacollo (COEQ) ratificó que los mercados: Central, 9 de Diciembre, Plaza de Granos y 27 de Mayo se mantendrán cerrados por cuatro días, es decir hasta este jueves, para realizar tareas de desinfección y fumigación como parte de las medidas que asume el municipio para prevenir y evitar la proliferación del coronavirus. 

El alcalde de Quillacollo, Héctor Montaño, determinó también que los bancos continuarán atendiendo con el pago de bonos junto con bancos y mercados móviles para garantizar el abastecimiento de alimentos a la población. 

El secretario General, José Terán, informó en ese entonces que mientras el Concejo Municipal no apruebe la ampliación de la cuarentena total, contemplada en la Ley Municipal 497, la población en Quillacollo podrá acudir a los bancos y mercados según las disposiciones nacionales que siguen en vigencia.  

QUEJAS POR FALTA DE MEDIDAS Entre los reclamos por falta de coordinación está también la del personal del hospital Benigno Sánchez. Una persona, que prefiere mantener en reserva su nombre, explicó que las medidas que se toman al interior del hospital son deficientes y que suceden situaciones que despiertan la susceptibilidad de médicos y enfermeras.

“Los pacientes hacen fila para ser atendidos en la mañana en lugares por donde la gente pasa entre enfermos y personas sanas. Estos días se producen aglomeraciones de madres de familia que van por la certificación de ‘niño sano’, un requisito para cobrar el bono otorgado el Gobierno central. Luego todos buscan ser atendidos”.

El anterior domingo, una embarazada dio a luz y solo al ser dada de alta preguntó cómo debería cuidar a su bebé porque había tenido contacto con un caso positivo de coronavirus. “Eso dejó estupefactos a todos quienes atendieron el parto. La pediatra pedía que le hagan la prueba, igual que el personal, pero no recibieron ninguna ayuda hasta ahora. El estrés es constante porque podemos estar contagiados y llevar la enfermedad a las casas. Muchos han preferido quedarse” “Las medidas de seguridad son mínimas, son insuficientes”.

HOSPITAL Carlos Calliconde, el director del hospital Benigno Sánchez, de Villa Moderna, aceptó que al iniciar la pandemia fue difícil comprar insumos de bioseguridad en el congestionado mercado nacional e internacional. “Sé que la Alcaldía hizo esfuerzos para hacer esas compras”.

Aseguró que hacen lo necesario para contar con el material necesario y que ahora cambiará la situación porque cuentan con un Plan de Contingencia que especifica el protocolo de atención.

Consideró que uno de los factores que no ayudó a enfrentar la crisis sanitaria es la gente “conflictiva” de Quillacollo. “No toma en serio la enfermedad”.

Sobre el incremento de casos de manera alarmante dijo que sucedió en red junto con una persona que llegó del exterior y contaminó a 12 personas. “Como digo, la gente no cree que puede enfermarse, cree que el virus no existe”.