Tres especialistas desaconsejan que el ciudadano común use ropa de bioseguridad
En medio de la pandemia de coronavirus, mucha gente oferta trajes de bioseguridad para uso diario en la calle, oficinas, mercados y otros espacios. Tres médicos coinciden en que su uso no es aconsejable porque no están elaborados en material adecuado ni cumplen características especiales de confección. Además, quitarse un traje de este tipo supone más riesgos ya que puede llevar partículas contaminantes e infectar mucosas y manos. Solo debe ser vestido por personal de salud entrenado en protocolos de uso.
El salubrista y epidemiólogo Fernando Rocabado explicó que se confeccionan en una tela multilaminada, que es una especie de plástico especial lavable y no debe tener costuras en los hombros ni en las mangas. Esta indumentaria no debe ser usada por cualquier persona porque al quitarse se esparcen los virus y contamina el entorno y a quien la usa. “Es igual que el uso de guantes, se hace un mal manejo. No tiene sentido que la gente los lleve puestos”.
El personal de salud tiene viste ropa de protección biológica de acuerdo a la tarea que desempeña, es decir, según el grado de exposición y cada uno tiene un protocolo para vestirse y desvestirse, explicó el especialista en terapia intensiva Rilmar Pérez.
“Hay que ver si la ropa que se usa en las calles se desecha o se lava. En cualquier caso, su uso es contraproducente porque es más contaminante. Idealmente, la ropa de seguridad debe ser desechada”.
El presidente de la Sociedad de Neumólogos, Antonio López, especificó que los trajes de tela hidrorepelente, escudos faciales, gorro y guantes se usan solo si se va a tocar a un paciente por COVID-19 y que los mamelucos (junto a otros equipos de protección) son para procedimientos en salas de terapia intensiva como broncoscopía, intubación, toma de muestras o en sala de emergencias con alto tráfico de pacientes con COVID-19.
“Es impresionante cómo el comercio, en época de crisis, de miedo por la pandemia, puede sacar ventaja vendiendo a gente que no precisa esta indumentaria y no tiene ningún sentido que la use (por no ser ni del material adecuado ni para uso doméstico)”.
López añadió que cualquier indumentaria adicional representa un riesgo y es un gasto insulso. Aconsejó que en la calle lo único que la gente debe hacer son tres cosas: mantener distancia de dos metros al caminar, cosa que no se ve; uso de barbijos, si no los encuentran por lo menos usar de tela para disminuir en algo la probabilidad de que una persona infectada pueda propalar gotitas de saliva contaminadas a la atmósfera; y lavado de manos frecuente o alcohol en gel al 70% en las calles. “Todo lo demás es negocio”, sentenció.