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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Erwin Tumiri, el sobreviviente de Lamia, vuelve a caer esta vez a un barranco y vive para contarlo

Así como el 28 de noviembre de 2016, Erwin Tumiri se accidentó. "Salí a gatas del bus. Me senté, mi rodilla estaba sangrando y dije: ‘otra vez, no lo puedo creer’".
Erwin Tumiri
Erwin Tumiri, en una foto tras el accidente de este martes. Al lado, la imagen de noviembre de 2016, tras caer el avión Lamia. OPINIÓN
Erwin Tumiri, el sobreviviente de Lamia, vuelve a caer esta vez a un barranco y vive para contarlo

El infierno retornó, los recuerdos también. Erwin Tumiri Choque, el sobreviviente que en 2016 cayó junto con el avión Lamia, en Colombia, volvió a accidentarse. Esta vez, el bus en el que viajaba se embarrancó precipitándose al vacío, en la carretera Cochabamba-Santa Cruz, en su natal Bolivia.

Sucedió la madrugada de este martes, así como hace más de 4 años. Tumiri salió ileso igual que con la caída del avión. Tiene algunas lesiones en el brazo, una herida abierta en la rodilla y fue uno de los primeros pasajeros en recibir ayuda, en un trágico accidente en el que murieron 21 personas y otras tantas permanecen heridas.

Tumiri está internado en la clínica Arévalo, en Cochabamba. Sentado en una camilla cuenta lo que sucedió este 2 de marzo en la carretera entre el valle y el oriente boliviano. Recuerda que estaba durmiendo, pero la gran carrera que imprimió el bus Carrasco le despertó. Se deshizo de los audífonos y el celular y optó por agarrarse con todas sus fuerzas de los agarradores del asiento. “Sabía que no podía soltarse para no desparramarme”.

Contó a OPINIÓN que recién cuando estaba el vehículo en el fondo del barranco se soltó y vio que tenía una herida abierta en la rodilla y varios raspones en el cuerpo. Escuchó gritos y llanto de gente que pedía ayuda.

En ese momento le vino a su mente lo ocurrido el  28 de noviembre de 2016, cuando el avión Lamia cayó en Colombia y él sobrevivió.

“El accidente de hoy debió suceder a la 1 de la madrugada. Gracias a Dios y a mi mamá estoy vivo. Estaba yendo al trabajo, en Chimoré –Trópico de Cochabamba-“

Recuerda que el bus estaba corriendo mucho y presintió que se iban a chocar.  

“Me siento muy bendecido, siempre doy gracias a Dios y mi mamá me recomienda que me encomiende a Dios. (Lo hago no solo por obligación, sino porque lo siento”.

Del bus salió a gatas. “Me senté, mi rodilla estaba sangrando y dije: ‘otra vez, no lo puedo creer’. Tengo un chichón en mi cabeza, grande”.  

No entró en inconciencia nunca y ahora se ve nuevamente en los noticieros.