Opinión Bolivia

  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
  • Actualizado 12:24

INSISTE EN QUE LA LLEGADA DE LA POLICÍA DEBIÓ SER “COORDINADA”

Dirigente Loza: ¿Cómo vamos a pedir perdón a nuestros asesinos?

El encapsulamiento del Trópico fue anunciado por el Gobierno la semana pasada, luego de la expulsión de policías. Ante la falta de seguridad, se instruyó el cierre de agencias bancarias.
El dirigente cocalero, Leonardo Loza. ARCHIVO
El dirigente cocalero, Leonardo Loza.
Dirigente Loza: ¿Cómo vamos a pedir perdón a nuestros asesinos?

“¿Cómo a nuestros propios asesinos podemos pedir perdón?” cuestionó hoy el dirigente cocalero Leonardo Loza, al referirse a la exigencia hecha por el ministro de Gobierno, Arturo Murillo, para el retorno de la Policía al Trópico, después de que varios efectivos fueran amedrentados y echados por pobladores de Shinahota, la semana pasada.

Entrevistado por medios locales, Loza aludió así al enfrentamiento en Sacaba con el Ejército y la Policía, en noviembre pasado, en medio del conflicto poselectoral, donde hubo muertos y heridos.

Añadió que el  Gobierno “tiene muchas cuentas que rendir a nivel internacional” ante el anuncio de encapsular el Trópico, medida que considera política y discriminatoria porque esa región está cumpliendo con la cuarentena y no hay razones para hacerlo. Hizo notar que hay otras ciudades, entre ellas Santa Cruz, que tiene elevado número de casos y pese a eso no se instruyó su encapsulamiento. 

Sobre la presencia policial, dijo que existe en la zona y lo que falta es coordinar para que haga su trabajo como corresponde, aunque no explicó qué significa esa coordinación.

Recordó al Gobierno central que en el Chapare, además de cocaleros, hay uno 200 mil productores de alimentos que están perjudicados porque hay dificultades incluso para la compra de combustible.

El conflicto se inició el jueves, luego de que dirigentes de la Federación del Trópico dieron 24 horas a la Policía para dejar la región, según ellos a pedido de sus bases. Por la noche comenzaron las agresiones y los policías tuvieron que replegarse, varios reportaron agresiones e incluso robos. Al día siguiente, ante la falta de seguridad, la banca recibió la instrucción de cerrar sus agencias.

A principios de diciembre de 2019, la dirigente Segundina Orellana dijo que si la Policía quería volver al Chapare debía “pedir perdón de rodillas”.