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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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RESERVORIO DE FLORA Y FAUNA

La Coronilla, área de potencial observatorio de aves y estrellas

De manera similar a la Serranía de San Pedro, es como una isla que alberga restos de la vegetación nativa que crece en las laderas bajas de la cordillera y en los cerros.
Vista general del sitio turístico de La Coronilla./ DICO SOLÍS
Vista general del sitio turístico de La Coronilla. DICO SOLÍS
La Coronilla, área de potencial observatorio de aves y estrellas

El monumento a las Heroínas de La Coronilla es el ícono histórico que recuerda la batalla del 27 de mayo de 1812, y está en la Colina de San Sebastián. Sin embargo, no es el único potencial de este sitio.

Dos investigaciones de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) respaldan el reservorio que representa esta colina para Cochabamba. Entre otros, permite contar con un observatorio de aves.

El secretario de Planificación de la Gobernación, Guillermo Bazoberry, agrega que, por su ubicación geográfica, da lugar también a un observatorio de estrellas a cielo abierto.

La Gobernación cuenta con dos investigaciones, de diciembre de este 2022, elaboradas por la UMSS. Una es ‘Valor botánico – ambiental de La Coronilla (Colina de San Sebastián)’ a cargo del Centro de Biodiversidad y Genética de la Facultad de Ciencias y Tecnología. La otra es ‘Biodiversidad y naturaleza: la riqueza desconocida de la ciudad de Cochabamba’, que incluye un acápite sobre La Coronilla.

La UMSS destaca que, si se considera el aspecto biológico y ambiental de La Coronilla, su importancia y necesidad de resguardo y conservación es mayor. “De manera similar a la Serranía de San Pedro, la Coronilla es una isla que alberga restos de la vegetación nativa que crece en las laderas bajas de la cordillera y en los cerros y serranías de Cochabamba”.

La colina tiene 0.4 kilómetros cuadrados. La Universidad resalta que, al encontrarse rodeada por la urbe, se convierte en un refugio para la biodiversidad, y actúa como un viabilizador del movimiento de especies, porque permite el descanso temporal durante el movimiento, dispersión o migración. Es una isla de vegetación con un rol importante para la biodiversidad que debe recibir cuidado con acciones dirigidas a mantener la vegetación natural, para disminuir y minimizar las actividades antrópicas (propias del ser humano).

FAUNA Resguardar la zona garantizaría, según las investigaciones, el ecosistema de especies como aves adaptadas a ecosistemas secos como el canastero (Asthenes dobignyi), soldadito (Lophospingus griseocristatus), jilguero dorado (Sicalis flaveola) y pichitanka (Zonotrichia capensis).

“Sin embargo, como especies temporales se encuentran cerca al 25% de todas las especies de la ciudad”.

La colina también es importante para especies acuáticas que migran y se mueven entre las lagunas urbanas que requieren descansar (de paso), además de las mariposas Tatochila autodice, Pirgus orcynoides y Strimon eurytulus. Por otro lado, existen reptiles y mamíferos pequeños que se resguardan en este ecosistema seco.

“Se ha podido detectar la presencia de los murciélagos Myotis oxiotus, Histiotus montanus, Tadarida brasiliensis, que son especies insectívoras y buenos controladores de plagas”.

La fauna de la zona da oportunidades, y convierte a La Coronilla en “un excelente lugar para la observación de aves”. Se las observa entre la vegetación y a acuáticas grandes, como las garzas, sobrevolando.

Ven la posibilidad de habilitar el sector oeste para fomentar la observación de aves; pero, en general, a lo largo de los caminos y ciclovías ya establecidos también se las observa. Muchas se observan perchando en los árboles o alimentándose. Se prevé señalización.

Al respecto, Bazoberry ponderó que “no solamente se trata de restringir el acceso, sino de un buen uso que se le puede dar y con otros valores de sensibilización a la propia población que va de visita”.

Los informes resaltan que las especies que presentan movimiento de norte a sur o de sur a norte y, en menor grado, de este a oeste o la ruta inversa, utilizan La Coronilla como sitio de residencia permanente, descanso, estadía temporal, pernocte, sitio de reproducción, anidamiento y otros. Esos usos del ecosistema involucran la alimentación por lo que, la vegetación propicia recursos alimenticios como néctar, frutos, semillas y hasta insectos pequeños para aves, mamíferos, reptiles y mariposas.

Parte de la flora que existe en la Colina de San Sebastián.       DICO SOLÍS
Parte de la flora que existe en la Colina de San Sebastián. DICO SOLÍS

FLORA De acuerdo con las investigaciones, La Coronilla alberga especies de plantas nativas y representativas, características del bioclima seco – semiárido de Cochabamba. Entre esas están el soto (Schinopsis haenkeana), kacha – kacha (Aspidosperma horko-kebracho), gargatea (Vasconcellea quercifolia), jacarandá (Jacaranda mimosifolia), molle (Schinus molle) y algarrobo del cerro (Prosopis laevigata var andicola).

“Toda esta vegetación nativa está siendo altamente afectada por especies introducidas como Opuntia ficus – indica (tuna) y agave americana que son invasivas. Por otra parte, es importante conocer que esta vegetación nativa predominaba en las laderas de los cerros y montañas como son Cerro Verde y Huayra K’asa”.

Especies como el soto y orkho – kharalawa existen de forma aislada con pequeños remanentes de lo que fue antes. Los informes exponen que, la vegetación arbórea original fue reemplazada por etapas seriales o sucesionales de otro tipo de vegetación constituida por arbustos, matorrales espinosos, herbazales y algunas especies arbóreas introducidas.

“Reemplazan al bosque original, principalmente debido a la actividad humana que, sin embargo, puede llegar a restaurarse con medidas de manejo y cuidado”.

Otras especies del bosque nativo son la kacha o quebracho blanco (Aspidosperma), senegalia visco (jarca). También están especies arbóreas nativas plantadas como el carnavalilto (Senna spectabilis), tipa (Tipuana tipu) y cina cina (Parkinsonia acuelata).

La tusca (Vachellia aroma) se encuentra abundantemente en los márgenes o áreas más abiertas y en lugares más perturbados. En algunas áreas es posible encontrar el espino dulce (Vachellia karro), una especie introducida. El agave es una planta ornamental introducida que, tiene una elevada reproducción y resulta ser “muy invasiva”.

En el matorral arbustivo espinoso hay varias especies de cactáceas nativas y endémicas como la ulala (Harrisia tetracantha), el airampu (Opuntia sulphurea) y el mogotillo (Echinopsis cochabambensis).

Una cactácea dominante es la tuna, especie introducida y naturalizada. Es una especie invasora dominante en el área, y “está desplazando y reemplazando los remanentes nativos, motivo por el cual se necesitan urgentes medidas de manejo y cuidado para regenerar de manera natural la vegetación natural”.

Al respecto, el Secretario de Planificación de la Gobernación aclaró que esto no implicaría quitar los tunales en su totalidad; “pero, sí en algún sector donde se ha vuelto incompatible con esta zona de reserva; habría que hacer un manejo, por lo menos controlar su crecimiento para que no se vuelvan invasivos”.

Los estudios evidencian que La Coronilla, al tener cobertura vegetal constituida por plantas nativas y también algunas especies introducidas, constituye un sitio importante para la conservación de una parte de la biodiversidad de Cochabamba.

“También constituye un sitio ideal para conocer la vegetación nativa que existía y predominaba en las laderas de los cerros y montañas adyacentes a la ciudad”.

ESTRELLAS Por otro lado, Bazoberry agrega que, entre los planes para potenciar La Coronilla está el acceder a un área para un observatorio de estrellas a cielo abierto, en el lado suroeste.

“Aprovechando el cono de aproximación al aeropuerto donde no se pueden poner luces para no confundir al avión, hay una zona de sombra y oscuridad que ayudaría a, también, a ampliar un horario de actividades que esta es la forma de mantener seguro al lugar”, sostiene.