El último baluarte que perdió la medicina cochabambina fue Ángel Maida. Una semana antes, partió su hermano Arturo, también médico. Ambos son parte de los al menos 120 profesionales de esa área que murieron desde el brote del coronavirus en Bolivia, hace seis meses.

A mediados de julio, la familia Maida estaba en busca de plasma hiperinmune para el médico Ángel, pero el 18 de agosto se conoció que perdió la batalla contra el COVID-19.

Fue docente de la Facultad de Medicina de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) y una pieza fundamental del Materno Infantil Germán Urquidi.

Otros 120 profesionales murieron entre marzo y agosto de este año, la mayoría trabajando en primera línea.

En el país, la cifra asciende a por lo menos 400 médicos fallecidos, de acuerdo con un informe del diario Pagina Siete, con base en información del Sindicato de Ramas Médicas de Salud (Sirmes).

Al igual que los pacientes, algunos de estos profesionales contagiados tienen que peregrinar por un espacio en terapia intensiva, especialmente en Cochabamba, donde el sistema de salud está colapsado.

Detalles

El personal de salud de El Trópico de Cochabamba y de áreas periurbanas es el más afectado por el coronavirus de acuerdo con información del SEDES.