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  • Diario Digital | martes, 19 de marzo de 2024
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Casos COVID-19: un muerto y su esposa conviven en el mismo cuarto

La habilitación donde está la pareja
La habilitación donde está la pareja
Casos COVID-19: un muerto y su esposa conviven en el mismo cuarto

Parece una película de terror. Hace una semana, Ramiro y María deambularon por todos los hospitales de la zona sur en busca de ayuda y nadie quiso darles atención. Se quedaron en su habitación y el domingo él falleció  y aún nadie hizo el levantamiento legal del cadáver. Ella permanece postrada en otra cama del mismo cuarto, muy enferma y en estado de shock.

La familia denuncia que nadie los atiende  ni por muerto ni por enfermo. La pareja tenía síntomas de la pandemia y teme que el contagio se masifique a las tres familias que viven en el lote, en habitaciones separadas.

Sergio Gabriel, sobrino de Ramiro S.S. relató a OPINIÓN que ni la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen, FELCC, ni el Servicio Departamental de Salud, SEDES, quieren hacerse cargo. “Se están lanzando la pelotita (la responsabilidad) entre ambos”.

Ramiro, de 60 años, y María Herminia, de 59, empezaron a sentir malestares desde hace unos 10 días y hace una semana salieron en busca de atención. Recorrieron todos los hospitales de la zona sur, por la final de la avenida Suecia, pero las respuestas fueron similares: “No hay espacio”, “Está lleno”.

Abatidos retornaron a sus casas y se trataron como podían. “Creíamos que era un resfrío y les dimos manzanilla, baños de vapor y masajes. Sentían fiebre. Finalmente mi tío Ramiro falleció el domingo a las 5.30 de la tarde tras convulsionar”.

El sobrino relató que tras el deceso llamó al SEDES para reportar los dos casos. A las 8 de la noche fueron dos personas a la casa y tomaron muestras. “Sacaron los exámenes y se fueron”.    

Pese a la muerte del tío, María Herminia no pudo ser llevada a otro ambiente porque no existe otro espacio, así que convive más de un día con el muerto.

“Vivimos tres familias. Yo estoy con mis papás que son adultos mayores y no puedo llevarla ahí porque también están enfermos. En la otra familia hay niños”.

A las cuatro de la madrugada, Sergio llamó a la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen, FELCC, y le dijeron que en una hora enviarían a una patrulla, pero el carro nunca llegó. “Me han dicho que tenían muchos levantamientos de cadáver que hacer, 17 en total”.

A las 8 de la mañana de ayer insistió con el SEDES, pero le explicaron que ellos no se encargan de levantamientos. Llamó a la FELCC y ahora cuelgan el teléfono.

“Alguien se tiene que hacer cargo. Mi tía está ahí adentro, en estado de shock. Imagino que nosotros tenemos el virus. Mis papás son de 90 años y están delicados. Vivimos como en una villa; es un terreno dividido y sin paredes el lote”.  

 “Mi tía está enferma y solo le ayudamos con baños de vapor. Mi tío está botado como un perro, ha muerto y mi tía está junto con él con sospecha de COVID. Por favor les pido a las autoridades competentes que vengan, que nos ayuden y hagan su trabajo. Mis papas están enfermos, toda mi familia están con sospechas y hasta ahora no viene nadie a ayudar. No sabemos qué hacer”.

En la tarde, Sergio hizo público su pedido y denuncia por las redes. Lloró pidiendo ayuda.