Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
  • Actualizado 08:55

El Carnaval dura siete días en la Capital de la Papa

Las autoridades organizan la celebración. El Martes de Ch'alla reciben a las comparsas en sus domicilios con comida y bebida.
Comparsa Verde Limoncito en taquipayanacu, en Qhochi Pampa. LUIS MAMANI
Comparsa Verde Limoncito en taquipayanacu, en Qhochi Pampa. LUIS MAMANI
El Carnaval dura siete días en la Capital de la Papa

El Carnaval se festeja siete días en la Capital de la Papa, Morochata, e involucra a niños y adultos mayores.

Pilluchiku, así se llama el tradicional Carnaval que se vive en todas las comunidades del municipio de Morochata.   

Las autoridades originarias -alcaldes comunales y el secretario de Justicia- de cada comunidad son los encargados de organizar la celebración que dura una semana completa. 

Todo comienza con la tradicional ch’alla y k’oa el domingo de Carnaval, como agradecimiento a la Pachamama por el acompañamiento durante la gestión como máximas autoridades de la comunidad.

Todos se concentran en la sede comunitaria.

El Lunes de Ch'alla es el día de celebración y una expresión plena de la tradición carnavalera. Cada autoridad originaria vestida de poncho rojo, con chicote y la ch’uspa, arrojando confites y duraznos a la multitud, entra a la plaza principal al takipayanacu. Su comparsa los acompaña con globos y serpentinas.

En la plaza esperan otras comparsas con acordeón, charango y guitarra, provocando con coplas picarescas. 

El pilluchiku comienza con guirnaldas de flores, de pan y de todos los productos que producen en el lugar, y son engalanados por las autoridades. Al son de las coplas, todos los participantes -niños, jóvenes, abuelos- bailan y disfrutan de la fiesta durante el día. La chicha y la gastronomía típica son infaltables; la elaboración del néctar del valle se realiza días antes. 

El Martes de Ch’alla, los alcaldes comunales esperan en su domicilio a todas las comparsas que vienen de diferentes comunidades y van de un lado a otro visitando a cada autoridad. 

La autoridad espera con tres tutumas de chicha, coca, cigarro, un plato de comida, con mixtura y serpentina. Además, como una forma de agradecimiento, baila con todos sus visitantes y los despide también con más chicha.

“Nosotros como autoridad, solo en carnavales atendemos a nuestra comunidad con baile, con comida, con chicha con mucha alegría. Agradezco a todos los visitantes, me siento muy contento porque ya estoy cumpliendo mi misión como autoridad”, afirmó Max García, alcalde comunal de P’alta Loma del municipio de Morochata.

Los alcaldes comunales son las máximas autoridades y tienen la misión de mantener la paz y dar solución a cualquier problema que se presenta en la comunidad, según García. 

“El Carnaval aquí es alegría total, ch’allamos a la Pachamama por la producción y por todo lo que nos ha dado. Con nuestro propio baile, comida y bebida, con nuestra propia vestimenta y música festejamos el Carnaval junto a nuestros alcaldes comunales y eso es la cultura milenaria y esto no podemos perder”, aseguró Feliciano Vegamonte, exsecretario de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (Cstucb) y ex viceministro de interculturalidad. 

La celebración continúa durante toda la semana hasta el Domingo de Tentación, cuando se realizará la sucesión de las nuevas autoridades originarias.