Al menos el 20% de los recién nacidos en el materno infantil Germán Urquidi son abandonados debido a que sufren patologías graves, informó Víctor Zurita, uno de los cirujanos cardiovasculares del hospital.

Estos niños son abandonados generalmente porque sus familias no tienen los recursos suficientes para mantenerlos y, sobre todo, para pagar sus tratamientos. 

El personal del hospital se debe dar modos de proveer medicamentos, pañales y leche a los bebés.

Los trabajadores suelen poner cuotas, hacer rifas internas y demás para poder cubrir los gastos de sus propios pacientes que día a día tienen necesidades.

De acuerdo con Zurita, el Sistema Único de Salud (SUS) únicamente cubre los medicamentos más básicos y muchas veces los neonatos necesitan tratamientos de costos elevados.

MÉDICOS “INVOLUCRADOS”

“No puedes evitar involucrarte, porque si tú no te involucras los niños no tienen a nadie”, dice Tania Delgadillo, una de las médicos internas del materno.

Señala que se vive un drama diario en este hospital. Los trabajadores, al ver que no hay pañales o leche para los bebés, "ponen vaquita”.

Uno de los casos más delicados que le tocó vivir a Delgadillo es el de una bebé con esófago no comunicado, problemas cardíacos y vías respiratorias con malformación. 

“Mi trabajo en las mañanas tenía que haber sido solo revisarla, oscultarla y cumplir las indicaciones médicas correspondientes, pero para eso la niña tenía que estar duchada y cambiada. Sin embargo, no había quién haga todo eso, entonces yo la bañaba, cambiaba, peinaba y le ponía sus vestidos que eran de donación”, relata la interna.

La pequeña, a pesar de los esfuerzos de los médicos, no pudo resistir y perdió la vida.

Como Delgadillo, los demás médicos, residentes y enfermeras se involucran en una relación más allá de la profesional con sus pequeños pacientes.

CORAZONES SOLIDARIOS

El personal de salud no es el único pendiente de las necesidades de los bebés abandonados y de las familias de bajos recursos que tienen a sus hijos en el materno, existen grupos de voluntarios que coadyuvan con las necesidades emocionales y materiales de estos niños.

Garistide Gazzotte es un misionero laico proveniente de Italia que fundó la Casa de los Niños, un hogar en el cual se da acogida a pequeños abandonados en el materno y otros hospitales públicos.

El hogar que fundó y ahora dirige se encarga de conseguir fondos para los medicamentos, leche y pañales de estos pacientes.

Igualmente, las Damas de Rosado, con oficinas en el antiguo Viedma, siempre tratan de solventar exámenes y tratamientos de los más necesitados en el hospital Germán Urquidi.