Algunas calles de Cochabamba se convirtieron en escenario para el desarrollo de arte circense. Si bien la pandemia paralizó los espectáculos en los circos, los artistas ambulan mercados y vías de circulación vehicular para demostrar su talento.

Payasos y malabaristas transitan espacios públicos de la ciudad, ataviados con sus mejores trajes y cargando los elementos necesarios para robarse la mirada del público.

En La Cancha, por ejemplo, hay payasos que anuncian con bombos y platillos sus chistes y, luego de captar la atención de la gente, les ofrece manzanas acarameladas a costos módicos.

Los ingresos económicos que perciben por la venta de ese manjar les permite subsistir en medio de la crisis desatada por el brote de virus.

En otros espacios de más tránsito vehicular que peatonal, un grupo de malabaristas se las ingenia para voltear objetos en el aire y mantener equilibrio sobre cuerdas. A cambio, los conductores los recompensan con algunas monedas.

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Fotografías: Dico Solís ©