Se llama "Tambor", fue rescatado del mercado y ahora se pasea con arnés por la Llajta
Tambor es un conejo de cinco meses que cautiva por su tamaño, su pelaje afelpado y desordenado, y su simpatía para con los humanos. Acostumbra a tomar paseos con arnés en el pecho, cual si fuera un perro o gato.
Este jueves, ante la vista y admiración de niños, ancianos y adultos, el curioso conejo blanco de imponente tamaño se paseó por la Plaza 14 de Septiembre, de Cochabamba, acompañado por su dueña, una mujer que lo libró de la comercialización.
La mujer comentó que el conejo, de la raza “cabeza de león”, es aficionado a las caricias y al olor a la comida no convencional para un roedor vegetariano: le gustan los chocolates y gaseosas. Aunque no consume este tipo de alimentos, puesto que le causaría un daño a su salud, Tambor se emociona cuando escucha el sonido que emite una gaseosa recién abierta o aquel que genera el empaque en el que vienen los chocolates.
Su cuidadora asegura que Tambor escucha por su nombre, que hace caso y no le teme al ruido que generan los autos. También es sociable con cualquiera que le brinde una caricia.
“Si tienes un buen corazón, incluso te lame, como un perro”, dice su dueña.
El blanco conejo fue rescatado de un punto de venta en el Mercado Campesino.