Después de más de una semana de estar bloqueado (nueve días), el botadero de Cotapachi volvió a recibir los desechos y las calles de Quillacollo se van librando de toneladas de residuos que se han ido acumulando y contaminando dicho municipio.

Los pobladores que exigían obras decidieron dar un cuarto intermedio, de un mes, después de sostener una reunión con autoridades locales, entre ellos, el alcalde Héctor Cartagena.

Se conoce que los lugareños y la institución municipal firmaron un acta de entendimiento mediante la que esta última se comprometió a efectuar trabajos constantes en el botadero, además de mejoras en las vías de acceso y también la implementación de luminarias.

El documento fue estampado en las puertas del botadero, tras aproximadamente cinco horas de reunión. Ello permitió que los carros basureros pertenecientes a la Empresa Municipal de Aseo de Quillacollo (Emaq) volvieran a ingresar alrededor de 500 toneladas que se esparcieron en la vía pública.

Algunos de los compromisos que asumió la Alcaldía han sido el ripiado, trabajos para disminuir los olores no deseados y esterilizar los perros callejeros en dos semanas.