El 34% del total de casos de coronavirus registrados en Cochabamba desde que se confirmó el primer positivo, hace 15 meses, se contagió en el mes de mayo de 2021. Hasta el 31 de mayo se habían contabilizado 49.295 personas afectadas por este virus, de las cuales 16.696 corresponden a este último mes, es decir, la tercera parte.

En 30 días de mayo (no hay información del sábado 22) en Cochabamba se detectaron 16.696 nuevos casos positivos de coronavirus, mientras que, en el país, en ese mismo periodo, el número de contagiados fue de 63.568.

El martes 25 de mayo fue el día de este mes en el que se presentaron más casos positivos de coronavirus en Cochabamba, con 952, y el día con menos contagiados fue el domingo 2 de mayo con 126.

Este mes, en tres jornadas se sobrepasó el umbral de los 900 casos; en dos oportunidades el de 800; en siete el de 700; en dos el de 600; y en tres el de 500.

Cada día, como promedio, en el mes de mayo se enfermaron en Cochabamba 556 personas.

En los otros cuatro meses de 2021 (enero, febrero, marzo y abril) se detectaron 15.977 casos de coronavirus, un número menor al que se registró solo en mayo pasado.

Por desglose, en enero hubo 5.659 casos, en febrero 3.336, en marzo 2.271 y en abril 4.711 nuevos positivos de coronavirus.

TERCERA OLA Mayo es parte de la denominada tercera ola que se caracterizó por el colapso del sistema de salud en el departamento, agudizando lo ocurrido en junio y julio de 2020. La escasez de oxígeno, la falta de un espacio en las unidades de terapia intensiva y la carencia de medicamentos esenciales para combatir el coronavirus fueron las tres principales dificultades que afectaron a Cochabamba.

Los familiares de las personas afectadas con COVID, que se encontraban en estado crítico, peregrinaron en busca de un botellón de oxígeno medicinal, y lo siguen haciendo. Las industrias que comercializan este insumo de primera necesidad no dan más abasto para atender a toda la población enferma que se incrementa cada día que pasa.

TERCERA OLA A POCO DE DUPLICAR LA PRIMERA En Cochabamba, 53.243 personas se contagiaron de COVID, desde que comenzó la pandemia hasta el 6 de junio de este año. De esa cifra, 14.238 enfermaron en la primera ola, 11.736 en la segunda y 26.937 en lo que va de la tercera, según datos estadísticos del Servicio Departamental de Salud (SEDES).

Esas cifras muestran que la tercera ola duplicó en contagios a la segunda y está a poco de doblar a la primera que también fue grave considerando que los funcionarios debían realizar levantamientos de cadáveres de domicilios e incluso de espacios públicos. El 1 de junio de este año se registró la cifra más alta de contagios diarios con 1.025 casos positivos.

En cuanto a muertes, se han registrado 2.133 decesos a consecuencia del virus hasta el 5 de junio. 1.325 en la primera ola, 318 en la segunda y 490 en lo que va de la tercera. Eso quiere decir que los fallecimientos de esta tercera ola alcanzan al 37% de los reportados en la primera.

Para Aníbal Cruz, secretario de Salud de la Alcaldía de Cochabamba y exministro de Salud de Bolivia, la tercera ola, que es más fuerte que las anteriores, está “desnudando la carencia de un sistema sanitario efectivo”. No se cuenta con infraestructura, equipamiento ni personal suficiente para atender a los pacientes.

Añadió que la “indisciplina” de la población está agravando la situación. “La gente sale a la calle sin miedo. No usa medidas de bioseguridad y los barbijos quirúrgicos que deberían usarse máximo seis horas, los usan una semana. Se ha perdido el cuidado de la bioseguridad y distanciamiento”.

También llamó la atención a los jóvenes, de entre 20 y 39 años, puesto que los contagios han subido en ese grupo etario desde mayo. Se trata de la población económicamente activa y son más propensos a enfermarse por sus actividades diarias, pero los adultos mayores son los más vulnerables y registran más muertes.

Cruz lamentó que muchos jóvenes estén siendo parte de fiestas y provocando que suban los contagios sin siquiera considerar que la cepa británica (B.1) y la brasileña (P.1) son circulantes en Cochabamba. “Estas cepas han mostrado mayor virulencia, es decir, es más fuerte la reacción de contagio y lo más grave es que el tiempo de complicaciones de los pacientes es más corta, aguda y la mortalidad está siendo más rápida”.

Las medidas de contención para cortar la cadena de contagios en la primera ola fueron rigurosas, con cuarentenas rígidas. Luego, las medidas se flexibilizaron y todo volvió casi a la normalidad. La tercera volvió a colapsar el sistema sanitario y las autoridades aplican, desde hace tres semanas, una cuarentena mixta con medidas rígidas los fines de semana.

SIN ESPACIOS EN TERAPIA La gente peregrina por un espacio en terapia intensiva porque todas están ocupadas en el departamento. 

El Servicio Departamental de Salud de Cochabamba en días recientes dio a conocer que en el sistema de salud público hay 21 camas de unidades de terapia intensiva; 6 en el hospital Viedma, 7 en el Norte, 4 en el Gastroenterológico, 3 en el Pediátrico y 1 en el maternológico Germán Urquidi.

Con terapia intermedia hay 36 camas; 12 en el Norte, 4 en el Sud, 2 en el Manuel Ascencio Villarroel, 9 en el Cuschieri, 8 en el Viedma y 1 en el Germán Urquidi.

En el sistema privado, hay 46 unidades de terapia intensiva y 22 de terapia intermedia. En la seguridad social, son 27 camas con terapia intensiva.

A nivel departamental, hay 293 camas para la atención de pacientes COVID.

Cruz señaló que el 80% de los pacientes suele pasar la enfermedad sin complicaciones, un 15% necesita atención médica hospitalaria o domiciliaria y un 5% requiere el servicio de terapia intensiva.

Al menos el 21% de las pruebas que se realizan a diario dan positivo, según los últimos reportes.