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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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FAMILIAS DEL TRÓPICO SON BENEFICIARIAS DEL PROYECTO QUE PROMUEVE LA SOLIDARIDAD Y RESPETA LA CULTURA

794 viviendas son construidas según necesidades locales

794 viviendas son construidas según necesidades locales



Las inundaciones, los vientos fuertes y la presencia de vectores que transmiten enfermedades son parte de los problemas que atraviesan familias del trópico cochabambino. Desde agosto de 2011, 796 familias se inscribieron en un proyecto denominado Vivienda Saludable y Productiva, con el que lograron superar sus dificultades, sin embargo dos de ellas se retiraron, quedando 794 que lograron superar sus dificultades.

El proyecto Vivienda Saludable Productiva es impulsado por el Ministerio de Obras Públicas Servicios y Vivienda, a través del Viceministerio de Vivienda y Urbanismo - Programa de Vivienda Social (VMVU – PVS) y ejecutado por la Fundación Pro Hábitat, en un trabajo coordinado con 17 comunidades del trópico.  La cooperativa de ladrillos y tejas, Coboce Ceramil, se encargó de proveer del material en el tiempo y calidad exigidos.

Hoy estas familias están en la fase final de una iniciativa que les permitió diseñar y construir su vivienda según las necesidades particulares de cada una.

Las antiguas y precarias chozas de tablas y palmas fueron sustituidas por sólidas y seguras viviendas con materiales de calidad, que se adecúan a las condiciones climáticas de la región, pero también al gusto de la familia.

“Cada vivienda es diferente a la otra en cuanto a tipologías, tamaño y funcionalidad”, informó la gerente general de la Fundación Pro Hábitat, Antonia Terrazas.

El común denominador de las viviendas es que ahora todas cuentan con las condiciones básicas para “Vivir bien”. Es decir, además de una cocina, baño, galerías, dormitorios y otras dependencias, los beneficiarios recibieron una capacitación sobre hábitos saludables para mantener una vivienda limpia y segura.

Cada beneficiario recibió un apoyo económico del Ministerio de 29.600 bolivianos, de los cuales 25.220 fueron destinados a la adquisición de materiales no locales como ladrillo, cemento, pintura, accesorios de instalaciones sanitarias, eléctricas, cerámica, inodoro, lava platos y otros. La mano de obra y materiales locales como arena y piedra fueron asumidos por los beneficiaros como contraparte de la obra.

Sin embargo, Terrazas resaltó que cada familia definió y eligió cómo mejorar, ampliar y construir su vivienda en función a sus necesidades y posibilidades de contraparte.

La garantía del proyecto es que cada beneficiario se encargó de asegurar la calidad y seguridad de su vivienda. “Ellos mismos construyeron su casa luego de recibir una capacitación previa”, informó el gerente regional de la Fundación Pro Hábitat, Rolando Velarde.

Es así que, a diferencia de otros proyectos de vivienda social, las nuevas construcciones son producto de la creación y diseño particular de cada miembro. Algunas son réplicas de sus chozas, pero en cemento, otras se asemejan a modestos chalets urbanos, y algunas cuantas a un diseño colonial moderno, entre otras.

Durante un año y medio, los comunarios recibieron la capacitación a través de talleres prácticos de construcción en los ítems de cimientos, muros, vigas, cubiertas, revoques e instalaciones eléctricas y sanitarias. La dedicación y esfuerzo de su trabajo serán reconocidos por el Gobierno Central, que otorgará un certificado de formación técnica para respaldar su conocimiento al momento de postularse a convocatorias de instituciones públicas y privadas, según informó Velarde.

Parte de la capacitación está orientada a técnicas de aprender haciendo y compartir experiencias, tanto en la administración, control y entrega de materiales, como en la ejecución, administración, seguimiento y evaluación conjunta.