Los departamentos de Santa Cruz y Cochabamba ganarán escaños en la Cámara de Diputados. En cambio Chuquisaca, Potosí y Beni perderán espacio en esa instancia; y La Paz, Oruro y Pando conservarán el número de representantes.

Esto según una proyección efectuada con los resultados oficiales del Censo 2012 que difundió ayer el Ejecutivo, y sobre la base de las pautas que se utilizaron en la última redistribución de curules, el 1 de noviembre de 2005.

El esquema que se empleó entonces partió de otorgar cuatro escaños a cada departamento, y para distribuir los curules “extra” se aplicó una operación aritmética, con el fin de disponer los espacios en relación a la cantidad de habitantes, según explicó semanas atrás Jorge Lazarte, quien fue delegado para asuntos políticos del Gobierno de entonces.

Ahora, aplicando esos mismos criterios, Santa Cruz sumará a sus actuales 25 escaños, cuatro más, con lo que tendrá 29; Cochabamba adicionará uno a sus 19 espacios, con lo que sumará 20. Sin embargo, Chuquisaca y Potosí perderán cada cual dos curules, y Beni resignará un espacio en Diputados (más detalles en la infografía).

En una proyección realizada por este medio el 23 de junio, sobre la base de los resultados preliminares del censo 2012 -y siguiendo los mismos criterios- Chuquisaca perdía dos curules, Oruro uno, Potosí tres y Beni uno. Santa Cruz, al igual que ahora, ganaba cuatro y Cochabamba tres (dos más que con los resultados oficiales).

En 2005, además de las pautas indicadas líneas arriba, el Gobierno del ex presidente Eduardo Rodríguez Veltzé, ante el conflicto que se desató entre departamentos y las movilizaciones surgidas porque “nadie quería perder nada”, optó por introducir un “principio de justicia”. Éste se basó en la idea de que los departamentos que ganen escaños “no ganen mucho” y los que deban resignarlos “no pierdan mucho”.

De esa forma se logró la distribución que rigió para las elecciones generales de 2005 y 2009. No obstante, la variación de los resultados “preliminares” del censo, que fueron presentados en enero pasado, y los datos oficiales que se hicieron públicos ayer complican aún más el panorama, según expertos consultados.

“El problema ya no es en este momento calcular los escaños, porque el problema previo es el que ahora está en cuestión: los datos de base. ¿Sobre qué base ahora se va calcular? porque si bien hay datos del INE, que dice que son oficiales, y que, no obstante, son distintos de los datos que dio a conocer en enero. Eso desde ya, es algo muy grave”, afirma Lazarte.

Según explicó, si no se subsana la situación, “va ser un calvario todo el proceso electoral” y no solamente por los curules y la distribución de recursos, sino porque varias de las políticas se basan en datos censales.

“Y si hay duda sobre los resultados, entonces, este problema va tener que enfrentarlo el Ejecutivo en elección de concejales, en elección de las asambleas departamentales, en las disputas territoriales. Está frente a un problema muy gordo”, afirmó.

Por su parte, Diego Cuadros, analista en autonomías, sostiene que la variación de los resultados mella la confiabilidad de los datos para planificar el desarrollo nacional, la distribución de escaños, y otras tareas postcenso.

“Hay posibilidad de que la gente desconfíe de los datos que nos arroja el censo para planificar nuestro desarrollo para los próximos diez años. Como todas las estadísticas se manejan en función de la población, todas van a variar. Y eso es totalmente terrible”, afirma el especialista.