En sus cinco presentaciones anteriores ya había revertido las críticas, pero la actuación que tuvo ayer el arquero argentino Sergio Romero, con un papel clave en los penales ante Holanda, rememoró la proeza de Sergio Goycochea en Italia, hace 24 años.

Como si la historia marcara un guiño al destino, los dos porteros de nombre Sergio estuvieron unidos por la misma hazaña, que depositaron a la selección albiceleste en una final de Copa del Mundo.

En aquella lejana oportunidad, la última hasta este Mundial de Brasil, el guardameta que llegó como suplente a la Copa del Mundo de Italia repitió su actuación de consagración que había tenido, también en la definición desde los once pasos, en los cuartos de final ante Yugoslavia.

Ante Italia, en semifinales, el Goyco contuvo los envíos de Roberto Donadoni y Aldo Serena, para depositar al defensor del título de México 1986 otra vez en la final ante Alemania.

Esta vez, 24 años después, Romero respaldó la historia que marcaba que Argentina no había perdido nunca una semifinal en sus cuatro antecedentes (1930, 1978, 1986 y 1990).

Con los penales parados a los holandeses Ron Vlaar y Wesley Sneijder, Chiquito tuvo su gran revancha y volvió a depositar al representativo albiceleste en otra final, una vez más contra Alemania.

Romero llegó con muchas incógnitas sobre su presencia en la portería argentina por su último semestre casi sin actividad en el Mónaco francés.

Sin embargo, el respaldo del seleccionador Alejandro Sabellla para ser su guardavallas mundialista le rindió frutos ya que el oriundo de Misiones, de 27 años, solo permitió tres tantos en las seis presentaciones de la selección.