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  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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River-Boca, por la gloria o la condena “eterna”

Uno de los dos pasará hoy a la historia (16:00) como el más grande de Sudamérica. El otro cargará con el peso de la caída ante su archirrival.
River-Boca, por la gloria o la condena “eterna”


De un lado, la fórmula millonaria de Marcelo el Muñeco Gallardo, ese estratega que llegó al club en 2014 para revolucionarlo por completo y desde lo más profundo: la estructura de su convicción. Del otro, los 11 elegidos del mellizo Guillermo Barros Schelotto, esos xeneizes vestidos de azul y oro que quieren demostrar que pueden en su casa, en la de cualquiera e, incluso, en el Monumental de su archirrival.

Son los equipos con más seguidores de Argentina y de los más influyentes de Sudamérica. Supieron sortear (uno con mayor volumen de juego y el otro, con el gol a la mano) todas las batallas preliminares de la presente Copa Libertadores de América para anclarse en esta etapa. Llegaron hasta el punto cúlmine de la competición, que pondrá en juego sus historias, sus presentes y también sus futuros.

Es el último pasito hacia la gloria o la caída, futbolísticamente hablando, claro, pues mucho han intentado transmitir, ambas instituciones, el mensaje de “paz” para evitar posibles trifulcas entre barras.

River y Boca darán por finalizada hoy la edición 2018 del torneo continental cuando se enfrenten (16:00, hora boliviana) en el estadio de Núñez, colmado por más de 66 mil espectadores de la banda roja.

Muchos dicen que la historia no cuenta, que la camiseta no debe pesar y que en la superfinal lo que vale es el momento, la actitud y la garra. Dicen que el partido marcará un antes y un después entre (y en) ambos.

Los 22 jugadores que peleen por la consagración saben que no habrá otra revancha, que deberán utilizar los cartuchos más potentes del grupo para tratar de llevarse el título: si el Millo lo gana, será el cuarto de su vitrina. Si el vencedor es Boca, se tratará de su séptima alegría copera.

Los dos cuadros poseen cualidades y flaquezas distintas. Si el local ofrece un funcionamiento colectivo tan bien ensamblado como efectivo, el visitante aparece con la amenaza de desarmar la propuesta rival mediante tantos que saca de la galera o, mejor dicho, de dos atacantes como lo son Darío el Pipa Benedetto y Ramón Wanchope Ábila.

Si el dueño de casa llega a la ventaja mediante la construcción de su juego, el adversario de turno surge, incluso, desde el propio aparente caos.

Todo es posible en este tipo de partidos.

La diferencia entre ambos frentes también radica en la disparidad que existe entre los técnicos. Marcelo es considerado como un líder muy táctico. Guillermo imprime su cuota aguerrida.

Boca se “plantará” en el Monumental con casi todas sus piezas. Tiene el recambio a la mano. El único que no se encuentra disponible es Cristian Pavón, quien padece una contractura. El resto, sobre ruedas.

El caso de River no es el mismo. Cuando el colombiano Rafael Santos Borré recibió, en la ida ante el Xeneize, su tercera amarilla, Gallardo perdió a uno de sus hombres más fuertes (recupera pelotas, molesta y define). Estuvo en carpeta, entonces, la chance de contar con Ignacio Scocco, pero, “aparentemente”, el atacante rosarino se resintó de su lesión en el gemelo derecho y no podrá ser de la partida.

Con el uruguayo Rodrigo Mora falto de regularidad y minutos, todo es incierto.

Durante la semana, los medios de comunicación argentinos han tratado de adivinar la apuesta del Muñe. Es casi previsible quiénes no podrán faltar: Leo Ponzio, Pratto, Milton Casco, Exequiel Palacios y Gonzalo el Pity Martínez. Lo que resta conocer es bajo qué esquema. Pratto es una ficha inamovible en el área ofensiva. Podrá ir acompañado por Martínez o Mora; o por volantes con llegada.

Es una superfinal inédita. Nunca antes River y Boca habían chocado en la Libertadores en procura del título. Es por eso que también las exfiguras anhelan haber sido los principales actores. Juan Román Riquelme, ganador de tres títulos continentales con el Xeneize (2000, 2001 y 2007), confesó la “envidia sana” que siente por los jugadores que pueden vivir el momento.

La tecnología juega un rol destacado. Ahora, no solo intervendrá en el duelo y el tiempo extra (en caso de que se recurra a él). El VAR también será utilizado en una hipotética tanda de penales. El llamado Videoarbitraje podrá “detectar” infracciones del portero o del ejecutante.

Que gane el mejor.