Se combinaron las fallas en el operativo de seguridad que montó el Ministerio de Seguridad de la Nación de Argentina, a cargo de Patricia Bullrich, con la inadaptación de un grupo de hinchas que apedreó y violentó el micro que trasladaba a los jugadores de Boca. Todo confluyó para que la ansiada superfinal del siglo pasara a ser un papelón, con tintes de espectáculo mundial.

Por ello, el superclásico de la historia, que debía disputarse ayer, se postergó para hoy, a las 16:00 (hora boliviana), con público visitante. De todos modos, esto está sujeto a lo que haga la dirigencia boquense, que en la noche sostuvo una reunión en la que evaluó la probabilidad de pedir los puntos por el escritorio.

El bus con los futbolistas se dirigía al estadio Monumental para concretar la vuelta ante el Millonario. En el trayecto, el motorizado increíblemente se abrió camino entre la muchedumbre, sin vallas.

Varios vidrios resultaron rotos y parte del plantel xeneize se vio afectado con el gas lacrimógeno que utilizaron los efectivos para dispersar a las personas desubicadas. Cuando la información aún no estaba clara, la hipótesis prematura fue que los propios hinchas del Millonario habían lanzado el gas al interior del vehículo, pero no fue así.

La crítica por parte de los medios de comunicación de Argentina se centró en la falla operativa que montó el Ministerio de Seguridad, que instruyó a la Policía de la Ciudad “resguardar” la integridad.

Lo que acontece en este tipo de eventos, de acuerdo con el sitio infobae.com, es que el equipo visitante arribe dos horas antes del compromiso. El elenco sale “encapsulado” desde el sitio de concentración. “Se ubican seis motos por delante, otras ocho a los costados y cuatro más detrás del vehículo. Todas llevan dos oficiales, uno que maneja y otro con armas de gases lacrimógenos para dispersar cualquier intento de ataque. Además van patrulleros. El micro de Boca siempre hace el mismo camino y antes de ingresar al túnel de avenida Libertador en Lacroze avisa a la Infantería. ¿Por qué? Para que se despegue el público desde Pampa”.

En el caso de ayer no existió margen entre la hinchada rival y el bus, dato grave que no dejaron pasar los medios.

PÉREZ Y LAMARDO, DAÑADOS Hasta aproximadamente las 17:30 (hora boliviana), todavía parecían existir chances de que el compromiso se llevaría a cabo ayer, pese a las condiciones de clara desventaja en que se encontraban los jugadores boquenses. Pablo Pérez, capitán del Xeneize, fue el que evidenció mayores problemas. Tuvo que ser trasladado a un sanatorio. De allí salió con su ojo izquierdo vendado y sin el alta médica (el parte comunicó que padece una úlcera en la córnea). Gonzalo Lamardo también presentó irritación en la vista y lució el parche.

Pese a ello, la Conmebol, organizadora del torneo, había determinado reprogramar el partido para las 18:15 (hora boliviana). Carlos Tevez, muy molesto, dijo: “Nos están obligando a jugar”. Fernando Gago agregó: “Hay compañeros con problemas respiratorios”.

Todo era convulsión en los vestuarios. Mientras, se producían reuniones entre el presidente de River, Rodolfo D’Onofrio, el mandamás de Boca, Daniel Angelici, y el titular de la Conmebol, el paraguayo Alejandro Domínguez. A la suerte de “triunvirato” se unió el comandante de la FIFA, Gianni Infantino. La jornada tuvo de todo.

Domínguez, D’Onofrio y Angelici acordaron, de forma escrita, su deseo de reprogramar el encuentro debido a las condiciones en las que se hallaban los jugadores visitantes.

“Es un día triste por culpa de unos pocos. No es toda la gente de River”. El mandamás del Millonario apuntó a la falencia en la operación de seguridad y pidió que los recaudos sean mayores para hoy, además de exponer su solidaridad con el plantel. “River creyó conveniente apoyar a Boca para pasar el partido para mañana y jugar de igual a igual”. Enojado por la acción de los inadaptados, D’Onofrio pidió que la Justicia los identifique y que sean marginados.

Incluso, el DT del club de Núñez, Marcelo Gallardo, había expresado su solidaridad con el cuadro rival, cuando la predisposición de la Conmebol parecía apuntar hacia el desarrollo del cotejo para ayer. Hay que ver si Boca pide los puntos.

Dos veces

Tanto en la final de ida como en la vuelta se produjeron postergaciones. Primero fue por lluvias. Luego, por incidentes.

REPERCUSIONES

“Métanlos presos. Estoy cansado”

AGENCIAS El presidente de River, Rodolfo D’Onofrio, molesto como nunca con lo acontecido en la previa del partido entre River y Boca, pidió que la Justicia identifique a los que originaron los conflictos porque se siente hastiado con la situación violenta en el fútbol.

“Esto será una anécdota fea, mala para el fútbol argentino. Quince (personas) no pueden arruinar a la Argentina y estropear la pasión del fútbol. Identifíquenlos, por favor. Que vayan donde tengan que ir. Saquémoslos del fútbol, que estén presos. Estoy cansado como ciudadano. Uno gasta plata a rolete para que todo salga bien...pero no me voy a rendir”.

D’Onofrio, preocupado por la situación de los hinchas que asistieron con sus entradas en mano, refirió que todos aquellos que cuentan con sus tickets se presenten en el recinto.

La página oscura para el fútbol continental repercutió entre los protagonistas del deporte, en general.

Batistuta, segundo goleador histórico de la selección argentina y exjugador de River y Boca, tildó de “vergonzoso” y lamentable lo ocurrido.

“Otra oportunidad más perdida delante del mundo entero que nos observa. Es vergonzoso”, escribió Batistuta, en su cuenta de la red social Twitter.

Néstor Pipo Gorosito, campeón de la Libertadores con River en 1986, afirmó: “¡Que vergüenza! Es la realidad de nuestro país, un deterioro en la educación. Terrible”.

El gesto de Gallardo con los adversarios

Marcelo Gallardo, estratega de River, actuó en consecuencia de los hechos. Luego de la agresión que sufrió el plantel boquense, cuando era trasladado en bus al estadio Monumental, el DT de Merlo fue a saludar a los futbolistas.

El encuentro se dio al interior del campo de juego, donde los discípulos de Guillermo Barros Schelotto aguardaron antes de retirarse y volver a concentrar en el hotel de Madero.

Gallardo cruzó algunas palabras con el mellizo y le dio una palmada en la espalda, mientras los fotógrafos procedían a retratar el momento histórico entre los directores técnicos.

Fue una actitud que llegó para poner paños fríos a un momento caliente.

El Muñeco saludó a Fernando Gago, Pablo Pérez y Carlos Tévez, entre otros.

Gallardo fue quien (antes de que la organización decidiera posponer el partido para hoy a las 16:00) resaltó la imposibilidad de llevar adelante el compromiso, teniendo en cuenta las dificultades que presentaban los futbolistas del elenco rival, afectados por el gas lacrimógeno y debilitados anímicamente.

“Así no se puede jugar”.