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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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?ADELA RIBERA DE MENDOZA.

“Mi hogar está en esta ciudad maravillosa con gente agradable”

“Mi hogar está en esta ciudad maravillosa con gente agradable”

La propietaria del salón de té Niña Moza, Adela Ribera de Mendoza, llegó de Trinidad (Beni) a Cochabamba hace 41 años junto a toda su familia.

Ella y sus seis hermanos junto a sus papás empezaron una nueva vida, todos juntos, en esta ciudad donde se adaptaron al clima y a su gente.

Los hermanos mayores de Adela fueron los primeros en emigrar a Cochabamba para continuar sus estudios universitarios, pero cuando ella decidió hacer lo mismo gracias a una beca que le otorgaron al salir bachiller para ingresar a una universidad en el departamento de La Paz, sus papás no se lo permitieron.

Para la familia no fue difícil empezar esta etapa de su vida porque su papá, que hacía el traslado de productos de primera necesidad entre Cochabamba y Beni, logró establecer un hogar y darles todas las comodidades a sus hijos.

EN COCHABAMBA Adela estudió secretariado bilingüe e ingresó a la universidad para ser auditora, pero faltando un año conoció al que ahora es su esposo y tuvo a su primera hija por lo que dejó sus estudios. Desde entonces se dedicó a las acciones de caridad en favor de los más necesitados, organizaba kermesses para recaudar fondos a través del Club de Leones, pero todo esto no lograba satisfacerla plenamente. Es por esto que hace más de 15 años decidió abrir su propio negocio, el salón de té Niña Moza, donde todas las masitas y otros alimentos son fabricados por ella misma.

“Quería aportar a mi casa, mis cuatro hijos estaban grandes y tenían que seguir sus estudios, así que empecé a trabajar con las recetas que aprendí de mi mamá”, cuenta.

También recuerda que gracias a las amistades que tenía en la ciudad logró salir adelante con su negocio, pero sobre todo por la calidad y el sabor de las masas que son del agrado de la gente cochabambina y paceña, en su mayoría.

“La preparación ha cambiado un poco por el clima pero he logrado encontrar la receta justa para que sea lo más tradicional posible”, señala.

Para Adela, lo más importante es que su familia ha podido conocer algunos alimentos tradicionales de Beni y de su ciudad Trinidad que en los últimos años ha cambiado y crecido gracias al comercio, lo que también ha generado inseguridad.