Opinión Bolivia

  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
  • Actualizado 21:30

2020, el año de la peor debacle económica en décadas

La pandemia del coronavirus, que provocó la paralización casi total de las actividades, hundió a la economía de Bolivia. Especialistas dan pautas para superar esta grave crisis.

2020, el año de la peor debacle económica en décadas

La economía de Bolivia fue duramente golpeada este 2020 por la crisis del coronavirus. Según datos del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), el Producto Interno Bruto (PIB) se contrajo 11.11% al primer semestre, y el Banco Central de Bolivia (BCB) y el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas pronosticaron que hasta fin de año la economía se contraerá un 8.4% en el año, lo que implica perder unos 3.500 millones de dólares. 

Para ver la magnitud de la caída, solo en 1953 el PIB registró un bajón superior de 8.4%, un 9.5%, luego de la Revolución Nacional del 52. Gary Rodríguez, gerente general del IBCE, indica que ni durante la debacle de la UDP hubo una caída tan profunda del PIB como este año, ya que un -4% fue la peor cifra registrada en 1983.

El economista Roberto Laserna explica que la pandemia, en forma directa, no tuvo un gran efecto económico, pero sí lo tuvo el modo en que el país reaccionó para controlar su expansión y proteger a la población: cuarentenas, encierros y toque de queda. 

"La magnitud de la enfermedad y los daños que causó fueron enormes, pero muy inferiores a los pronósticos catastróficos que se plantearon al principio. Tal vez lo que se hizo fuera lo correcto y en verdad se salvaron muchas vidas. Nunca lo sabremos con certeza. Lo que se hizo tuvo un costo elevado, pero tampoco teníamos muchas opciones. En realidad se hizo lo que se pudo", explica.

Las cuarentenas, dijo, frenaron en seco las economías urbanas, en las que se encuentran prácticamente toda la manufactura, los servicios como la hotelería, la banca y la gastronomía, así como el comercio, y de las que depende también el transporte. Esos han sido los sectores que sufrieron más el impacto y los que están enfrentando los mayores problemas para recuperarse.  

Para Laserna, la pandemia "disfrazó" las verdaderas causas de los problemas que tiene la economía nacional. 

En ese marco, el presidente de la Federación de Entidades Empresariales Privadas de Cochabamba, Javier Bellott, vio una escasa organización para encarar la pandemia, tanto en el gobierno central como departamental y municipal, que hizo que  la dinámica económica se vea aún más limitada.

“Al margen de ello se acentuaron la falta de coordinación por los celos políticos por que al parecer todos estaban más en campaña de buscar el voto antes que las soluciones, teniendo  en momentos críticos una caída hasta del 80% en las ventas. La ausencia de capacidad de respuesta del gobierno nacional y los gobiernos subnacionales agravaron la crisis, en la que primaron intereses mezquinos antes que el interés colectivo”, explicó Bellott.

El presidente del Colegio de Economistas de Cochabamba, Pablo Cuba, señala como los sectores más afectados de la debacle a la construcción, turismo y servicios en general. "El sector informal en Bolivia es uno de los más golpeados, sobre todo esos miles de informales pequeños que tienen que vender diariamente para llevar el sustento diario a sus hogares", acotó. 

También indicó que las tasas de crecimiento negativas afectaron a los sectores de minería, industria e hidrocarburos, entre otros, aunque algunos sectores muestran ya una leve recuperación.

PERSPECTIVAS

Para Cuba, la aprobación del Presupuesto General del Estado (PGE) para 2021 permitirá la reactivación de muchas áreas de la salud, educación y la economía vinculada al sector público. Esto, señala, puede permitir el crecimiento del 4%.

"Por ejemplo, para el área de salud se tiene previsto una inversión de 22.216 millones de bolivianos, mientras que para educación la inversión será de 23.770 millones de bolivianos, en ambos casos se trata del 10% del presupuesto, mientras que en los casos de los ministerios de Defensa y Gobierno – que tienen bajo su tuición a las Fuerzas Armadas y la Policía Boliviana – sus presupuestos no pasan del 2% y no llegan a los 5.000 millones de bolivianos", apunta.

Para Bellott, las proyecciones del Gobierno de un 4% del crecimiento para 2021, son previsiones que se hacen en función a la inversión pública, que por cierto se puede alcanzar siempre y cuando exista una mayor participación del sector privado nacional en la ejecución de obras y proyectos.

Recordó que en años anteriores el 92% del total de inversión estaba en manos de empresas extranjeras. “Ahora debe ser al revés, mediante la alianza estratégica de  empresas nacionales y extranjeras”, añadió.

Según Laserna, después de una caída tan fuerte como la que sufrió Bolivia el 2020, "proyectar un 4% de crecimiento en 2021 es pesimista, porque no será suficiente para retomar los niveles que teníamos antes de la pandemia, y que ya habían sido afectados por las inadecuadas políticas que teníamos y los conflictos provocados por el intento de prorrogar al Gobierno de Evo Morales".

Para recuperar la economía, el Gobierno debería plantearse una meta más alta, apunta Laserna.   

QUÉ HACER

Rodríguez del IBCE dice que la lección aprendida en 2020 es que el sector agropecuario es vital para la economía de Bolivia y debe impulsarse este sector para la recuperación de la economía. 

"Su positivo crecimiento (del agro) da cuenta del buen desempeño de la agropecuaria, la agroindustria y la agro exportación. Se podrá parar la minería, el transporte, los hidrocarburos, el turismo, la construcción, el comercio, etc., pero nunca la producción de alimentos pues es vital para el ser humano, de ahí lo estratégico del sector a la hora de hacer políticas públicas. Por ahí va la salida para una rápida recuperación económica", resalta el gerente general del IBCE. 

Cuba dice que se debe apuntalar los esfuerzos por contener el costo humano de la crisis y sentar las bases para una recuperación económica. "Los desafíos posteriores a la crisis, sin embargo, requieren que Bolivia consolide la estabilidad macroeconómica reduciendo sus déficits fiscales y externos, promueva el desarrollo de la inversión privada para diversificar la economía y generar empleos de calidad, y establecer mecanismos para proteger a los vulnerables y hacer más resilientes a las familias ante los choques", añade.

Para Bellott se debe impulsar las exportaciones de productos no tradicionales en base a una diversificación de los rubros, facilitando su producción y exportación.

Además, según el sector privado, se debe hacer una fuerte apuesta a la sustitución de importaciones con un espíritu facilitador del sector productivo. “Para eso se debe simplificar los procesos de pago de impuestos ampliando la base de contribuyentes. Mejorar la relación laboral en base a la productividad y ante todo hacer grandes ajustes al sistema financiero, facilitando acceso al crédito”.

Finalmente, Laserna señala que la mayoría de la gente votó para volver a la bonanza, es decir, para vivir en mejores condiciones económicas, con más empleo, mejores ingresos, más consumo. "Por supuesto, confían en que el presidente Arce Catacora nos conducirá a ese objetivo. Eso no es imposible, pero se requieren políticas diametralmente opuestas a las que impulsó Arce cuando era Ministro, por lo que es difícil suponer que las adopte ahora", agrega. 

Para el economista, primero se necesita disciplina fiscal, es decir, reducir el déficit bajando los gastos públicos. 

Lo segundo, apunta, es aumentar el empleo y mejorar los salarios "de la única manera en que eso es sostenible: aumentando la inversión y la productividad".

Para ello, agrega, se necesita restablecer la institucionalidad jurídica y el imperio de la ley, reducir la carga tributaria y la burocracia en lo9s procesos administrativos, los permisos y otros trámites que obstaculizan la creación de empresas, y fortalecer los procesos de integración en lo que hace sobre todo a las inversiones. 

"No hay muchos secretos, pero para hacer esto se necesita un liderazgo con visión de largo plazo, capacidad de comunicarse con la población y ajeno a las tentaciones demagógicas", concluyó Laserna.