Carla Doria Medina transmite energía y convicción al hablar. Detrás del escritorio se desenvuelve con solvencia para concluir diciendo. “Todo se puede en esta vida”.

La carrera profesional de Carla empezó hace 23 años, en el Banco Bisa. Ingresó cuando tenía 19 años, hoy luce 42 y es gerente regional de Operaciones.

Es la única mujer gerente en Cochabamba. Todos sus pares son varones, aunque en el país las damas van dominando espacios.

Se identifica como “madre, esposa, muy trabajadora, responsable, comprometida organizada, íntegra y honesta en la vida”.

En el banco empezó trabajando en cajas, luego en asistencias, supervisores, jefaturas y desde hace cinco años se desenvuelve en el sector operativo.

Para Carla, nada es imposible, solo es cuestión de diseñar metas y tener perseverancia y compromiso hasta lograr los objetivos.

Quiere crecer profesionalmente. Llegar a la gerencia regional de bancos es uno de sus sueños.

Alcanzar el sitio donde está ahora fue difícil, pero la perseverancia fue el impulso de vida “es lo que gana cuando uno quiere lograr su objetivo”.

Dos son las mujeres que impulsan su motor: su hija (22 años) y su nieta Rafaela,por quien se desvive “estoy enamorada de mi nieta”, describe feliz.

Ascender le representó mucho esfuerzo porque permanece en el banco desde muy temprano y se queda en el almuerzo, en horario continuo. Al llegar a su casa se convierte en ama de casa, madre, esposa “lavo, plancho, cocino y soy abuela, pero aún así hay tiempo”.

En su estudio se quedaba hasta las tres o cuatro de la madrugada.

Combinó estudio con trabajo durante su permanencia en el banco. Está consciente de que ello le quitó oportunidad de acompañar momentos importantes en el crecimiento de su hija “son puntos que no se los recuperan, pero gracias a la comprensión y ayuda de mi esposo conseguí que mi hija sea una persona de bien”.