Desde el 1 de enero, en California (EEUU) cualquier persona que desee comprar un gato, perro o conejo en las tiendas de mascotas se encontrará con que su oferta se reduce a ejemplares procedentes de protectoras de animales o refugios. Ya no habrá cachorros de diversas razas llegados desde diversos criaderos, según el reporte de la página digital El Confidencial

De esta manera, se quiere acabar con el negocio de los criadores conocidos en EEUU como “Fábrica de cachorros” y que operaron históricamente sin supervisión alguna y que “acogen animales domésticos en condiciones insalubres y de hacinamiento sin alimento, agua y más”.