Con el objetivo de mejorar el servicio en los baños públicos e impulsar el turismo interno, el Gobierno de China impulsó la “revolución de los retretes” desde 2015 y hace dos meses comenzó a implementarla.

Se trata de una máquina de reconocimiento facial que se utiliza en los baños públicos para la distribución de papel higiénico a los usuarios. La inteligencia artificial permite reducir el desperdicio de este papel hasta en un 70 por ciento .

Según EFE, tras escanear la cara del usuario, la máquina distribuye un papel de 80 centímetros, lo que se considera debería ser suficiente.

Está previsto realizar ajustes porque el área de reconocimiento fácil no es conveniente para niños ni adultos mayores.