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  • Diario Digital | viernes, 29 de marzo de 2024
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PERSONALIDAD/// GERARDO CAMACHO GAMBOA VISITA EL BARRIO DE SU PADRE EN JAYHUAYCO.

Vuelve a la Llajta el hijo del “Gigante Camacho”

Vuelve a la Llajta el hijo del “Gigante Camacho”



Llegó a Cochabamba el hijo de Manuel Camacho Medrano, más conocido como el “Gigante Camacho” (1899-1952). Luego de que toda la familia de este personaje cochabambino emigró a Argentina, el tercer hijo de los Camacho Gamboa, Gerardo, volvió a visitar su antiguo barrio, en la zona de Jayhuayco.

Gerardo no es gigante, como mucha gente imaginaría. Mide 1.70 metros de estatura, es de contextura robusta y está a un mes de cumplir los 70 años de edad. El gigante Camacho fue conocido en la década de los 20, 30 y 40, inicialmente como aquel muchacho de grandes proporciones en la zona agraria de Jayhuayco; posteriormente como aquella personalidad imponente que paseaba por las calles al lado del Ejército boliviano, invitado por el Gobierno. La llegada de un presidente argentino lo catapultó al ring como el gran “Macho Camacho” y, finalmente, como la gran atracción del Circo Norteamericano, en Argentina.

La llegada de Gerardo generó, en el barrio y la prensa cochabambina, una gran expectativa. “Sabíamos que era de Jayhuayco. Incluso sus primos y sobrinos todavía viven en el barrio, pero de los hijos del Gigante no supimos casi nada”, cuenta Rosa Rocha, vecina de la zona.

Luego de ser descubierto por aquel mandatario argentino, el gigante Camacho fue contactado por un militar de alto rango, quien extendió su fama en Argentina y emigró con toda su familia a finales del año 1949. “Estuvimos un tiempo allá, pero como hijos quisimos seguir el camino de mi padre, en el mundo artístico. Él no lo permitió, quería que estudiemos y nos trajo por cuatro años a vivir con la familia Cadima Camacho”, contó Gerardo. Al cabo de esos cuatro años, la familia volvió a reunirse en Argentina y los jóvenes Camacho encaminaron su vida por diferentes rumbos. El hijo mayor, Apolinar Camacho, de 84 años, es transportista; Valentina, de 82 años, es ama de casa; Gerardo es matricero (técnico en el diseño y ajuste de máquinas para la industria) y el menor, Wálter, de 64 años también es transportista.

“Ninguno (de sus hermanos) viene, solo yo”, dijo Gerardo. Su madre, Vicenta Gamboa, quedó viuda a los 35 años de edad y se volvió a casar, pero tampoco retornó más a Bolivia. Ella murió a la edad de 50 años.

En su paso por el barrio, una sobrina de Gerardo, Mabel Camacho, lo recibió en su casa y dieron un paseo por el barrio. La vivienda del Gigante, donde crecieron, ya no existe. “Estaba en aquella esquina”, dijo, al señalar la casa que queda frente a la plaza de Jayhuayco. La propiedad fue vendida a otros vecinos y casi nada ha quedado de lo que fue aquel barrio de agrario. “Mi casa era de adobe. Tenía una puerta grande y otra chica”, recordó. Continuando con el paseo, y con mucha ilusión se aproximaron hacia el monumento que fue erigido en memoria de su padre. Al llegar a la primera rotonda de la avenida de la Fuerza Aérea, frunció el ceño, desconcertado. “Ese no puede ser él. Es otra persona. Mi padre murió joven, era grande y fuerte, no ese muñeco que está ahi”.

La escultura fue puesta en 2016. Luego de ese desaire, el día de Gerardo terminó en el encuentro con “su compinche” (gran amigo), como él llama a su primo Efraín Camacho Suárez, con quien extendieron la tertulia hasta muy entrada la noche.