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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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LECTURAS SUTILES

¿Problemas con el manejo de la ira?

¿Problemas con el manejo de la ira?

La agresión y la violencia siempre han llamado la atención de la psicología, especialmente de la psicología conductual donde se tienen muchos estudios; pero es muy poco lo que se habla e investiga sobre la emoción denominada ira, la cual está íntimamente relacionada con los diferentes hechos de violencia.
En la consulta clínica son pocas las personas que buscan ayuda para solucionar sus problemas de ira, además pareciera ser que esta emoción más bien es reforzada. Por ejemplo, una sociedad machista dirá que los hombres deben tener un carácter “fuerte y dominante”; los padres dirán que deben hacer notar su gran enojo o ira para ser respetados por sus hijos, y algunos profesionales enunciarán que para resolver los problemas de agresividad las personas deben canalizar esa emoción practicando actividades “agresivas” como        boxeo, o deben golpear almohadas o destrozar objetos, prescripción que puede servir en el corto plazo, pero a largo plazo solo está reforzando la ira.
Desde la psicología cognitiva seguimos una máxima que dice: “Las personas no están perturbadas por las cosas, sino por la visión que tienen de ellas”, es decir que una situación particular, por ejemplo  la llamada de atención de nuestro jefe, no es la que provoca directamente la ira,  sino que existen sucesos o factores cognitivos que son los que provocan esta reacción, que —muchas veces— además de la emoción traen consigo conductas agresivas, por ejemplo: insultar o golpear al jefe o agredir a terceras personas, y también pueden generar un sinfín de enfermedades psicosomáticas.
Analicemos entonces estos factores cognitivos que conducen a la emoción de la ira. El primero es la suposición de que una acción o suceso considerado malo no debería ocurrir, esta visión hace que la persona actúe como alguien quien impone reglas o leyes que las demás personas y el mundo deben cumplir, de acuerdo a lo que ella cree que es lo mejor, es decir de la manera que considera justo, moral, apropiado y ético.
El segundo factor es cuando la persona percibe un suceso como algo negativo y llega a la conclusión de que es algo horrible que las otras personas hagan cosas que no tienen derecho a hacer y que no puede aguantar ese tipo de situaciones. Este pensamiento, muchas veces, hará que la persona —además de experimentar ira— actúe vengativamente.
El último factor se hace presente cuando la persona que siente ira llega a la conclusión de que no solamente los actos de la persona que le hizo algo son despreciables, sino que la misma persona es despreciable y por ello debería ser castigada.
En el fondo, la persona que experimenta ira, es alguien que presenta una baja tolerancia a la frustración y una pobre aceptación de sí misma, pues casi siempre percibe que lo que hacen o dicen otras personas amenaza su valía personal

Ahora, si usted tiene problemas con el manejo de la ira ya puede comenzar a analizar su forma de pensar, es un buen comienzo para cambiar.

NOTA:
  Para cualquier consulta o comentario contactarse con la responsable de esta columna, Claudia Méndez  Del Carpio (psicóloga), al correo electrónico [email protected] o al celular/ WhatsApp  62620609.  
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