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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 11:56

5 formas de combatir la ansiedad sexual

Cuando algo no sale bien en la intimidad, pueden surgir frustraciones que aparecen en repetidas ocasiones y se convierten en un gran lío.
5 formas de combatir la ansiedad sexual


El sexo debería ser una actividad placentera para ambos miembros de la pareja, y hasta se ha probado que tiene beneficios para la salud. Sin embargo, a veces, hay ansiedad y preocupaciones que matan la pasión y el deseo.

¿A qué se debe la ansiedad sexual?

Existen distintas preocupaciones que pueden provocar ansiedad sexual. Por ejemplo:

- Temer no ser lo suficientemente “bueno” en la cama.

- Tener una mala imagen de tu cuerpo y/o de tu peso.

- Preocuparse o sentir que el tamaño del pene no es el adecuado.

- Temor a eyacular de manera prematura (eyaculación precoz) o de no poder sostener la erección hasta que la mujer alcance el orgasmo.

- Temor a no poder llegar al orgasmo o de disfrutar la experiencia sexual.

Todas estas preocupaciones impiden que el sexo sea placentero. Además, pueden activarse algunas hormonas del estrés que hacen que tu cuerpo reaccione como si estuviera frente a una amenaza, cuando en verdad no lo estás.

En los hombres, por ejemplo, uno de los efectos de las hormonas del estrés es estrechar los vasos sanguíneos. De ese modo, llega menos sangre al pene y hace que la erección sea más difícil de lograr o de sostener. En el caso de las mujeres, en cambio, es posible que el estrés no les permita lubricarse lo suficiente como para tener sexo o que pierdan el deseo de tener relaciones.

¿Te preocupa el tema de la ansiedad sexual?

No te desesperes pues tiene solución y no es tan difícil lograrlo. Antes que nada, consulta con un médico para que descartes que lo que te ocurre no es algo físico ni provocado por algún medicamento que estés tomando.

Si físicamente todo está bien, entonces un profesional calificado podría sugerirte distintas alternativas. Entre ellas:

Sé abierto con tu pareja y anímate a hablar de las preocupaciones que no te dejan actuar libremente durante el sexo. Trata de ampliar la intimidad, hay muchas formas de hacerlo sin tener sexo. Por ejemplo, pueden darse masajes o tomar un baño cálido, hacerse caricias y buscar nuevas formas de sentir y provocar sensaciones, sin tener que llegar al acto sexual que tanto te estresa.

Haz ejercicio. Te ayudará a estar en forma y sentirte mejor con tu cuerpo, también a tener más energía y fortaleza para el sexo.

Distráete y busca estímulos externos que te ayuden a quitarle atención al acto sexual. Por ejemplo, puedes poner música o pensar en cosas o situaciones que te estimulen.

Pide ayuda psicológica. Si nada de esto funciona, consulta a un profesional especializado en problemas sexuales que pueda ayudarte a conocer tus temores y a entender qué cosas te preocupan o te causan ansiedad, así como también a sentirte más cómodo con tu sexualidad.

Recuerda que, cuando se trata del sexo, no hay una forma de hacerlo bien o mal. Por el contrario, lo importante es disfrutar juntos y dejarse llevar por las emociones, todo vale en la pareja mientras ambos estén cómodos. No te dejes vencer por la ansiedad sexual, pues es una situación que puede resolverse y no tiene por qué seguirte afectando.