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  • Diario Digital | martes, 19 de marzo de 2024
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Divorcio en la vejez: seis claves para superarlo

Una separación no tiene que ser considerada un fracaso. Muchas veces ofrece una nueva opción de reencontrarse con uno mismo.
Divorcio en la vejez: seis claves para superarlo


Una separación rara vez es agradable. Da igual la edad. Es obvio que un divorcio en la vejez puede ser tan traumático como en cualquier otro momento.

Por lo general, un matrimonio de edad avanzada se asocia a estabilidad. Sin embargo, cada vez son más las personas mayores que se divorcian. No obstante, antes de empezar a generalizar, es necesario señalar que cada pareja es un mundo que cuenta con unos motivos particulares que pueden responder o no al relato de la mayoría.

Sea como fuere, pasados los 60 años, se produce una serie de cambios que podrían actuar como la chispa que enciende la llama de un divorcio. Se abandonan hábitos y rutinas y se pierden roles vitales. No todo el mundo acepta bien estos cambios ni sabe gestionar, por ejemplo, el tiempo libre con el que cuenta.

El proceso de duelo es difícilmente evitable, pero implica aceptar y adaptarse a la nueva situación. Por eso, existe una serie de claves importantes para remontar un divorcio en la vejez.



Lograr una buena gestión del duelo. Una separación o divorcio puede llegar en cualquier momento. Lo importante es tener claro qué ha sucedido, cuáles han sido los motivos y evitar la culpa. En muchos casos, la persona que goza de una mejor salud o de más recursos es la que tiende a culpabilizarse.

Al principio, la sensación de que la vitalidad se termina con el final de la pareja puede ser recurrente. Son muchos años juntos, por lo que cuesta trabajo volver a comenzar en solitario. Pero no hay que bloquearse. Es un buen momento para apoyarse en la rutina, en las aficiones, en la gente, en las obligaciones, etc.



Respetar la temporalidad. El tiempo siempre es importante para superar situaciones adversas. Será normal experimentar dolor, pero es necesario expresar sentimientos y entender las emociones que se asocian al duelo, como la angustia, ira o tristeza. Para aceptar todo ello, el paso de los días es necesario.



Evitar la fijación. Cuanto antes se acepte la nueva situación, mejor. Si nos quedamos rumiando fijados en la desgracia, todo irá peor. Esto solo genera más ansiedad que, a su vez, viene asociada a más sufrimiento.



Tener comprensión. Sin duda, el apoyo social es básico. Los amigos y la familia son figuras clave para superar un divorcio en la vejez. Si se tienen hijos o nietos, e incluso conocidos de toda la vida, esta es la ocasión especial para que te escuchen y te apoyen.



Mantener actividad. También es básico permanecer activos. Aprove-char el tiempo libre para pasear o hacer deporte, leer un buen libro, disfrutar con los nietos o con mas-cotas, ver una película, escuchar música, pintar. Todo cuanto te dé satisfacción será bienvenido.



No temer a la soledad. Esta situación es el miedo de muchos mayores, porque no es deseada. Muchas personas de edad avanzada necesitan una atención que al mismo tiempo detestan pedir. No quieren verse como seres dependientes o necesitados y lo evitan cerrando la vía de las peticiones.

De ahí que las personas que las rodean, para conocer qué necesitan, tengan que insistir.

Hay muchos padres que lo último que quieren ser es una carga para sus hijos y, por eso, en vez de acercarse, se alejan, cuando lo que necesitan es todo lo contrario.

Con estos pasos quizá puedas sobrellevar un divorcio de forma más tranquila y feliz. No tengas miedo a los cambios en la vida.