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  • Diario Digital | lunes, 18 de marzo de 2024
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Depresión puede ser síntoma de Parkinson

El experto Rodrigo Ramos, de la Universidad de Guadalajara, explicó que los trastornos del sueño en adultos mayores a los 60 años podría ser signo temprano de la enfermedad.
Depresión puede ser síntoma de Parkinson


La depresión y los trastornos del sueño en adultos de más de 60 años podría ser un síntoma temprano de Parkinson, aunque el paciente no presente los temblores característicos de esta enfermedad, afirmó este martes un especialista mexicano.

"La depresión en adultos mayores puede ser el aviso de una enfermedad de carácter neurodegenerativo", dijo el jefe del Departamento de Neurociencias del campus de Salud de la Universidad de Guadalajara, Rodrigo Ramos

"Por ello es fundamental no subestimarla aunque no existan síntomas motores, los cuales se presentan hasta que hay una pérdida neuronal importante de la dopamina", añadió el especialista en una conferencia a propósito del Día Mundial de la Enfermedad de Parkinson que se conmemoró el 11 de abril.

Otros de los síntomas que se presentan en los adultos mayores y que son considerados como precursores de este padecimiento son las alteraciones en el estado de ánimo, cambios en algunos reflejos gastrointestinales y los trastornos del sueño, que se pueden presentar hasta con cinco años de antelación a que se haga el diagnostico, añadió.

Ramos recordó que el 3 por ciento de la población mundial padece esta enfermedad de carácter neurológico y la incidencia es de 13.4 casos por cada 100.000 personas adultas de más de 60 años.

La Organización Mundial de la Salud estima que 10 millones de personas tienen alguna de las manifestaciones propias del Parkinson y se espera que para 2030 esta cifra se duplique debido a la transición demográfica.



SEGUNDO MAL DEGENERATIVO

El Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa en el paciente adulto mayor, aunque son cada vez más frecuentes las personas por debajo de los 50 años que han desarrollado esta enfermedad que representan 4 por ciento de los casos.

Por su parte, el jefe del Servicio de Neurocirugía Funcional del Hospital Civil Guadalajara, Rodrigo Mercado aseguró que el temblor en las extremidades "es el síntoma más tardío y que se presenta en personas de más de 70 años".

Apuntó, que siete de cada 10 pacientes que se diagnostican acuden con temblor a la primera cita con el médico y el 80 por ciento de los pacientes lo presentarán en algún momento.

Señaló que la persona puede identificar los síntomas más tempranos como alteraciones en la postura y en la marcha, lentitud en la generación de movimientos, alteraciones en los reflejos así como una marcada rigidez en las articulaciones.

La rigidez y lentitud de movimientos tienen un inicio asimétrico y es más común que se presenten en el lado no dominante, es decir en el izquierdo para quienes son diestros y en la derecha para los zurdos.

"Es más evidente cuando perciben esa limitación en su mano más útil por lo general la rigidez y lentitud es de la más tempranas y se presenta entre los 50 y 60 años y tiene una evolución mucho más veloz", recalcó.

Los médicos coincidieron en que la atención integral del paciente debe darse mediante un grupo interdisciplinario con neuropsicólogos y neuropsiquiatras que aborden las alternaciones emocionales y afectivas que caracterizan a esta enfermedad como la depresión, las fallas de atención y los procesos demenciales que pueden ser confundidos con otros trastornos como el Alzheimer.

¿QuÉ es?



La enfermedad de Parkinson es un tipo de trastorno del movimiento. Ocurre cuando las células nerviosas (neuronas) no producen suficiente cantidad de una sustancia química importante en el cerebro conocida como dopamina.

Algunos casos son genéticos, pero la mayoría no parece darse entre miembros de una misma familia.

¿CÓmo empieza?



El mal de Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa que se caracteriza por afectar principalmente la capacidad de movimiento y provoca, como síntomas fundamentales, lentitud (también llamada bradicinesia), rigidez muscular y temblor, además de otros trastornos que acompañan la evolución de la enfermedad.

¿QuÉ provoca?



Las neuronas utilizan un químico cerebral llamado dopamina, para ayudar a controlar el movimiento muscular. Cuando se presenta el mal de Parkinson, las neuronas que producen dopamina mueren lentamente.

Sin la dopamina, las células que controlan el movimiento no pueden enviar mensajes apropiados a los músculos, generando de a poco la enfermedad.