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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
  • Actualizado 10:35

Una cooperativa impulsa los comedores ecológicos

Una cooperativa impulsa los comedores ecológicos

El proyecto Alimentar el Cambio propuesto por la cooperativa promueve que los colegios y escuelas madrileños destierren la comida procesada y sirvan a los alumnos productos saludables de proximidad, como vegetales, legumbres, pastas, carnes y frutas producidas en la región

En la escuela infantil La Jara, en el barrio madrileño de Usera, los pequeños desayunan, comen y meriendan. Los niños que acuden a primera hora ya no toman cacao en polvo, sino leche sin azúcar. Disponen, eso sí, de galletas ecológicas y pan con aceite, a los que sumarán a la hora del almuerzo legumbres y pastas ecológicas, así como verduras y frutas de temporada

“Introducimos unos nuevos hábitos alimenticios impulsados por Asociación de Familias de Alumnos y por el equipo educativo, que ya estaba muy concienciado con una dieta saludable, incluida en el proyecto educativo”, asegura la directora, Elena Puch, quien presentó un proyecto para formar parte de los centros que optan por un menú ecológico, preparado en la cocina y servido por las tutoras en las aulas. “El producto es más caro, pero la diferencia la asume el presupuesto de la escuela, pues los padres siguen pagando lo mismo que en otras escuelas”, añade Puch.
Ecocomedores aboga por un menú equilibrado, libre de fritos, procesados, envasados y enlatados, así como por abolir los productos de gama baja y apostar por los productos de temporada. “Pero no queremos que la transformación llegue a los hijos de las madres luchadoras, sino a todos, porque somos conscientes de que la salud de los niños varía en función de la formación y los ingresos de las familias”, añade Fernández. “Muchas veces se recurre a una cocina central y a los caterings de línea fría, de modo que tras preparar los alimentos se conservan a baja temperatura. Luego, se calientan en el lugar y llegan a servirse hasta veinte días más tarde de su elaboración. “Por ello, queremos que en la compra pública no sólo influya el precio, sino también la calidad”

Ecocomedores aboga por un menú equilibrado, libre de fritos, procesados, envasados y enlatados, así como por abolir los productos de gama baja y apostar por los productos de temporada. “Pero no queremos que la transformación llegue a los hijos de las madres luchadoras, sino a todos, porque somos conscientes de que la salud de los niños varía en función de la formación y los ingresos de las familias”, concluye Fernández. “Muchas veces se recurre a una cocina central y a los caterings de línea fría, de modo que tras preparar los alimentos se conservan a baja temperatura. Luego, se calientan n el lugar  y llegan a servirse hasta veinte días más tarde de su elaboración

Carlos Carricoba, coordinador del comedor del colegio Hipatia, reconoce que los comienzos no fueron fáciles. Desde hace cuatro años, fueron introduciendo progresivamente productos ecológicos en el menú escolar, a excepción de la carne, el pescado y los lácteos. “Es una cuestión de presupuesto, aunque sí son de proximidad. Aquí lo que viene de más lejos son los plátanos canarios”. La iniciativa no fue debida a una demanda de los padres, sino que partió de los responsables del centro educativo, ubicado en Rivas Vaciamadrid, a unos siete kilómetros del Grillo. “Al principio costaba que los niños acostumbraran su paladar a los nuevos productos porque, por ejemplo, decidimos sustituir el azúcar por alimentos que ya lo contienen. No obstante, los días más complicados son cuando no servimos proteína animal”

El comedor sirve unas mil comidas al día y cuenta con más de sesenta menús diferentes, adaptados a vegetarianos, diabéticos, celíacos, veganos, musulmanes y niños con alergias e intolerancias diversas. En la cocina trabajan doce personas y en el comedor, casi cincuenta monitores, encargados de “transformar las costumbres” de los estudiantes. Entre sus retos está reducir los desperdicios, comenzando por los restos de las bandejas, por lo que los alumnos de quinto y sexto de primaria se sirven ellos mismos la cantidad que consideran adecuada.
Fuente: www.elperiodico.es