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  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
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Recuerdos de Víctor Hugo (Viscarra)

Acerca del testamento que dejó el recordado escritor paceño.
Recuerdos de Víctor Hugo (Viscarra)
No sé si a raíz del golpe del 80, Víctor Hugo Viscarra se mudó a Cochabamba, de modo que el 82 me lo encontré viviendo en casa de Alfredo Medrano.

Está de moda retratarlo como marginal y antropólogo (experto en antros), como en vida de él le invitábamos téconté cuando aparecía, pero luego nadie se preocupaba de cómo vivía o qué comía. Alfredo no, y debo decirlo, Sara María, su esposa, porque ella recuerda los almuerzos consistentes que le dio y la disciplina que lo mantuvo alejado del trago, para dedicarse a la educación del Vichito, David, hijo de ambos. Por eso Sara María cuenta que recuerda con cariño el tiempo en que Víctor Hugo vivió en su casa, porque lo llevaba al Vichito a la escuela y lo ayudaba a hacer sus tareas. En esa época escribió su primer libro, Coba, con prólogo de Waldo Peña Cazas, gran amigo de Alfredo.

No sé si quiso volver a las andadas, porque se fue a La Paz y otra vez se lo vio pasadito en tragos. De su paso por Cocha databa mi amistad con él, pero un día me dijo en La Paz que yo era su ex amigo. Me ofrecía sus libros o pedía prestados 20 pesitos. Le decía que sólo tenía 10 y los aceptaba con una advertencia: “Pero conste que me debes 10”.

Un día me anunció que había hecho su testamento, que se reprodujo en Los Tiempos. En él desahuciaba a sus acreedores, “pues, como dice mi ex amigo Ojo de Vidrio, deber es de caballeros, cobrar es de cholos”. Así se reprodujo en este diario, pero en su obra completa figura el testamento sin ese pasaje. ¿Lo habría quitado él? Quiero creer que sí, pero se puede leer Los Tiempos de la época para rescatar el párrafo.

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