La fuerza y la razón: entrevista a Salvador Allende
El año que acaba de seguro que guarda muchos momentos para celebrarse o recordarse en el futuro. Del mismo modo que tuvo también varias otras fechas que recuerdan y celebran. Entre esos días especiales está el 11 de septiembre. En este caso nos referiremos al del año 1973, cuando la Junta Militar dio el golpe a Salvador Allende luego de varias maniobras que incluyeron también el bombardeo al Palacio de la Moneda en Santiago de Chile.
Los 45 años de éste evento han sido suficiente motivo para volver a pensar en algunas de las características que tuvo el gobierno socialista de Allende, cuestiones que siguen siendo importantes de analizar, las que permiten también comprender presentes renovados, y como dicen: “la historia suele repetirse”.
Que Salvador Allende llegara a la presidencia de Chile llamó la atención del mundo entero. Se trataba de la primera revolución socialista elegida democráticamente. Entre quienes se vieron seducidos por este hecho trascendental en la vida latinoamericana se encontraba el cineasta italiano Roberto Rossellini (1906-1977). El director de películas como Roma ciudad abierta (1945) o Alemania año cero (1947) llegó a Santiago de Chile en 1971 para entrevistar a Allende, y así lo hizo. Partes de esta entrevista fueron emitidas pocos días después del golpe de Estado por el canal de televisión italiana RAI, pero su versión extendida no había sido exhibida hasta 2003 cuando fue estrenada bajo el título de: “Entrevista a Salvador Allende: la fuerza y la razón”, durante el Festival de Cortometrajes de Trevignano.
La relación de Rossellini con la televisión es intensa y fructífera, hay diferentes trabajos no sólo en Italia sino también, por ejemplo, en España para TVE, que resultan interesantes a la hora de pensar la obra total del realizador. Sin embargo, la entrevista a Allende, tiene un componente bastante particular, es un documento histórico en sí mismo, donde se puede ver y escuchar al recientemente elegido presidente explicando el plan de su gobierno cuando todavía el sueño estaba intacto, cuando toda la ola de violencia explícita e implícita no se había hecho presente en la vida cotidiana de los chilenos. Lo que Allende dice tiene que ver con lo que él quiere para su país, y tanto las preguntas como la cámara en la obra de Rosellinni apoyan estas ideas, le brindan cierta confianza honesta por lo que se quiere hacer.
La Cineteca de Bolognia en Italia hizo una versión restaurada y digitalizada de esta película. Rescato de los archivos de Rossellini aquellos rollos que forman lo que ahora conocemos como “Entrevista a Salvador Allende: la fuerza y la razón”. De éste modo se le otorga una nueva vida a éste material que para la mayoría sigue siendo desconocido, y que incluso dentro de la obra del cineasta figura como un trabajo menor. He aquí uno de los principales y más importantes motivos de la existencia de las instituciones de archivo y preservación, si estas no existieran perderíamos gran parte de nuestra memoria. Nos pensaríamos sin pasado, y esto da lugar a la pérdida de las identidades, tanto las particulares como también las colectivas. El trabajo de los archivos en la actualidad es inseparable de la puesta en valor de los acervos y patrimonios que cada uno de ellos pueda tener. Esto se consigue, en la actualidad, a través de la digitalización y su posterior distribución de los diferentes materiales existentes.
En octubre pasado la película de Rosellinni abrió el Festival de Cine Recobrado en Valparaíso. La experiencia fue bastante intensa, porque la entrevista también lo es. No sólo por el hecho mismo de ver a una figura pública que fue asesinada, y por el discurso que desarrolla, sino también por lo que todavía él despierta dentro de la sociedad chilena. Una vez empezada la proyección la gente empezó a salir de la sala, y al final más de un tercio del público asistente había abandonado la platea del Teatro Municipal. El cine en su estado más puro, aquel que provoca al espectador, el que lo incomoda, el que lo cuestiona. La pantalla como el gran dispositivo de reacciones a través de su mensaje. Como el tren de los Lumière el cine todavía puede despertar las más intensas reacciones.
El cineasta italiano habría pensado esta entrevista como parte de un proyecto mayor, que incluía a otras personalidades mundiales que también conducían procesos revolucionarios. Rosellinni deja para la historia imágenes de Allende que permiten comprender una época y una mirada sobre lo que aconteció, lo hace sin filtros, lo hace desde la posición más honesta, aquella que ofrece la militancia en una causa, que en este caso se relaciona con el gobierno de la Unidad Popular. Rossellini no hace propaganda, hace un documental que merece ser visto.
Crítico e investigador de cine - [email protected]