Ese temor intenso a la posibilidad de ser analizado o evaluado por parte de los demás y el evitar situaciones sociales, es hablar de fobia social o ansiedad social.

Esta fobia está acompañada de síntomas físicos como: sudoración, temblores, agitación, taquicardia y palpitaciones, sensación de vacío en el estómago y ruborización ante situaciones sociales. Ser observado al comer, escribir o trabajar delante de otros, estar en lugares donde podrían ser expuestos como asistir a clases de gimnasia o usar lavados públicos.

Las personas que padecen esta fobia tienen dificultad en formar lazos sociales, iniciar o mantener una conversación, hablar de temas personales,

relacionarse con el sexo opuesto, establecer relaciones íntimas, asistir a fiestas, conocer gente nueva, llamar a alguien por teléfono y recibir críticas, son algunos de los miedos más comunes que sienten. Estas dificultades denotan mayor esfuerzo y temor en grupos sociales o al actuar en público.

También influye en la interacción asertiva, es decir, solicitar a otros que cambien un comportamiento molesto, una crítica y/o dar una opinión.

La fobia social afecta significativamente la calidad de vida de la persona, ya que limita sus interacciones sociales y genera que evite asistir a lugares y situaciones que le producen mucha ansiedad.

Este tipo de ansiedad está frecuentemente acompañada con baja autoestima y un deterioro en las habilidades sociales; al igual que puede estar acompañada de depresión, consumo de sustancias y trastorno de pánico, entre los más comunes.

¿CÓMO PODEMOS TRATARLA?

Es importante buscar ayuda profesional psicológica. Una alternativa de terapia con evidencia de lograr buenos resultados es la Terapia Cognitivo Conductual, con la cual se puede trabajar de forma individual o grupal.

Esta Terapia, incluye componentes de trabajo para la fobia social, como ser: Psicoeducativos, donde la persona puede conocer mejor de qué se trata esta ansiedad social, cómo se mantie-ne, qué pensamientos disfuncionales

se activan ante las situaciones que ven como amenazantes y conceptos fundamentales que necesitan conocer acerca de su problema y de los factores que han influido en su surgimiento y están influyendo en su mantenimiento.

Reestructuración cognitiva, donde se trabaja el cambio de significado que para la persona tienen las situaciones sociales, es decir un cambio cognitivo. Exposición; un procedimiento que le permite comprobar que dichas creencias son erróneas y que se sobreestima el peligro de esas situaciones, la cual se trabaja de forma gradual, en la imaginación y en vivo.

De acuerdo al caso, se puede trabajar entrenamiento en autoestima y habilidades sociales, así como técnicas de relajación, respiración, y meditación que favorecen mucho los síntomas de ansiedad y atención con conciencia plena basadas en mindfulness, entre otras.

Una alternativa es trabajar de forma grupal, lo que ya es en sí terapéutico al tener que afrontar los miedos sociales que se han ido evitando, interactuando con los terapeutas y los miembros del grupo,

al igual que supone un inicio de afrontamiento y un compromiso público de cambio, lo que genera mayor motivación.

NOTA: Para cualquier consulta o comentario, contactarse con Thamer Prieto responsable de la revisión del texto al correo [email protected] o con Claudia Méndez Del Carpio, encargada de la columna al teléfono/Whatsapp 62620609 Visítanos en Facebook como LECTURAS SUTILES.