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  • Diario Digital | martes, 19 de marzo de 2024
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Victorias sobre las lesiones medulares

­Un implante se asienta en el espacio peridural, la parte más externa del canal espinal, en un lugar específico debajo del área lesionada.<BR>
Victorias sobre las lesiones medulares



Dos tratamientos pioneros que combinan los implantes tecnológicos con la terapia de rehabilitación física, permiten que personas con su cuerpo paralizado por lesiones medulares puedan caminar.

La joven Kelly Thomas, de 23 años, creció montando a caballo, criando ganado y ayudando a su padre en su rancho, hasta que en 2014, un accidente automovilístico la dejó parapléjica con una lesión incompleta en la médula espinal, quedando paralizada desde el pecho hacia abajo, incapaz de usar sus piernas.

El cocinero Jeff Marquis, de 35 años, disfrutaba de una vida muy activa en la naturaleza hasta que, en otoño de 2011, todo cambió cuando tuvo un accidente de bicicleta en un sendero de montaña, que le provocó una lesión en la médula espinal, quedando tetrapléjico, incapacitado para moverse desde el pecho hacia abajo.

Jered Chinnock, un joven que ahora tiene 29 años, se lesionó la médula en las vértebras torácicas situadas en el medio de su espalda en un accidente con una moto de nieve en 2013; quedó sin poder moverse ni sentir nada debajo de la mitad del torso.

Estas tres personas ahora pueden caminar, gracias a dos sistemas que combinan la estimulación complementaria de dispositivos implantados en el cuerpo, el entrenamiento locomotor diario y la terapia física, desarrolladas de forma independiente por dos equipos de investigación de EEUU.

Reconectando cerebro y médula

Thomas y Marquis consiguieron desplazarse con sus piernas en el experimento del Centro de Investigación de Lesiones de la Médula Espinal de Kentucky (Kscirs), en la Universidad de Louisville, UofL, en Kentucky, Estados Unidos.

Otros dos lesionados medulares lograron mantener la estabilidad en su tronco y permanecer de pie, al utilizar la estimulación y enfocarse mentalmente en ello, dentro de esta misma iniciativa investigadora.

“Esta investigación demuestra que puede restablecerse la conectividad del cerebro a la columna vertebral años después de una lesión de la médula espinal”, señala la doctora Susan Harkema, autora del estudio, profesora y directora asociada del Kscirs.

“Los participantes en este estudio que viven con parálisis completa pudieron caminar, permanecer de pie, recuperar la movilidad del tronco y otra serie de funciones motoras, sin asistencia física, cuando utilizaron el estimulador epidural y se mantuvieron enfocados mentalmente en dar sus pasos”, explica Harkema.

Esta especialista espera ampliar esta investigación a más participantes, utilizando una tecnología de estimulación mejorada, debido al “tremendo potencial de progreso de este método, y por las posibilidades que en el futuro podría ofrecer a aquellas personas con una lesión de la médula espinal”, indica.

Dos tratamientos distintos



“Cuando los cuatro participantes se unieron al estudio hacía al menos dos años y medio que se habían lesionado, y no podían mantenerse en pie, caminar ni mover voluntariamente las piernas”, informa a Efe, Betty Coffman, especialista en comunicaciones de temas de Salud, de la UofL.

Dos de esos participantes, Thomas y Marquis, lograron caminar por el suelo y sobre una cinta ergométrica, con la ayuda de dispositivos de asistencia, como un andador y postes horizontales, para mantener el equilibrio mientras el estimulador epidural estaba encendido, señala Coffman.

Según la UofL, esta investigación se basa en dos tratamientos distintos: el entrenamiento físico locomotor y la estimulación epidural de la médula espinal (scES), mediante un dispositivo implantado, que envía señales eléctricas a las neuronas motoras en la columna vertebral.

“La estimulación epidural consiste en la aplicación de corriente eléctrica continua a frecuencias e intensidades variables en lugares específicos en la médula espinal lumbosacra, ubicación que corresponde a las densas redes neuronales que controlan en gran medida el movimiento de las caderas, las rodillas, los tobillos y los dedos de los pies”, explica Coffman.

Por su parte, el entrenamiento locomotor “tiene como objetivo, en última instancia, volver a entrenar la médula espinal para que “recuerde” el patrón neurológico correspondiente a la actividad de caminar, practicando de forma repetitiva, permanecer de pie y caminar”, de acuerdo a esta comunicadora de la UofL.

“En una sesión de terapia de entrenamiento locomotor, el peso corporal del participante se sostiene mediante un arnés, mientras que el personal especialmente entrenado mueve las piernas del lesionado para simular que éste camina sobre una cinta rodante”, detalla Coffman.

Volviendo a caminar, cinco años después

La estimulación de la médula espinal y la fisioterapia combinadas han ayudado a Jered Chinnock a recuperar su capacidad para estar de pie y a caminar con ayuda, como resultado de otra investigación efectuada en Estados Unidos en una colaboración entre la Clínica Mayo, en Rochester (Minnesota) , y la Universidad de California, UCLA, en Los Ángeles (California).

“Chinnock pudo hacerlo gracias a un estimulador implantado y con ayuda de un andador con ruedas delanteras, mientras los entrenadores le brindaban asistencia ocasional”, informa a Efe, Rhoda Fukushima Madson, del departamento de Asuntos Públicos de la Clínica Mayo.

Este joven paralítico hizo previamente 113 visitas de rehabilitación a la Clínica Mayo durante un año, consiguiendo caminar con asistencia 16 minutos y dar un total de 331 pasos, a una velocidad de 0, 20 metros por segundo, según esta misma fuente.