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  • Diario Digital | martes, 19 de marzo de 2024
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Dan fuertes fármacos psiquiátricos a niños

Los menores albergados en centros detención de EEUU son obligados a tomar medicamentos sin garantías ni autorización.
Dan fuertes fármacos psiquiátricos a niños



Miles de niños y adolescentes acogidos en Estados Unidos podrían estar recibiendo fuertes medicamentos psiquiátricos sin las garantías básicas de salud, según indicó un informe publicado por la Oficina del Inspector General de Salud y Servicios Humanos del país.

El estudio descubrió que aproximadamente uno de cada tres niños acogidos de forma temporal por familias voluntarias han sido recetados con medicamentos psiquiátricos sin un tratamiento detallado o seguimiento por parte de sus médicos.

Las medicinas incluyen fármacos para el trastorno por déficit de atención, ansiedad, trastorno de estrés postraumático, depresión, trastorno bipolar y esquizofrenia. La Oficina del Inspector General de Salud y Servicios Humanos realizó este estudio analizando los casos de más de 600 menores de acogida en cinco estados del país.

"Los requisitos estatales no siempre incluyen las pautas sugeridas de práctica profesional diseñadas para proteger a estos niños (...) El 34 por ciento de los niños de acogida que fueron tratados con medicamentos psicotrópicos sin planificación del tratamiento o la supervisión de su medicación", apuntan las conclusiones del estudio.

"Además, los requisitos de los Estados no incorporaron sistemáticamente las pautas de práctica profesional sugeridas, como la necesidad de estrategias de evaluación y la documentación de información sobre posibles efectos adversos", añade.

“Me daban psicotrópicos a la fuerza”, dice migrante

Maricela contó que le daban cuatro pastillas en la mañana y cinco más por la noche, sin explicarle por qué. Y describió cómo empleados del centro de detención inmovilizaban a otra niña mientras un médico le ponía una o dos inyecciones.

Cuando Maricela se quejó sobre recibir demasiada medicación al doctor del centro para niños inmigrantes en Texas (EEUU), este le dijo no tener control sobre esas dosis.

"Cuando tomo esa medicina, no tengo ningún ánimo...me han dado dolores de cabeza, he perdido el apetito y he tenido náuseas", dijo.

Al menos cuatro menores más dieron testimonios similares a los de Maricela, lo que llevó a los abogados a demandar al centro de tratamiento Shiloh, ubicado a 35 kilómetros al sur de la ciudad de Houston, ante una corte federal de Los Ángeles (California).

La parte acusadora argumentó que el centro administraba a los internos "múltiplesmedicamentos psicotrópicos sin importar los deseos o necesidades del niño", según se lee en la demanda.

La jueza Dolly Gee ordenó al centro solicitar autorización de padres, representantes legales o una orden judicial antes de dar fármacos psicotrópicos a los niños.

TESTIMONIO

Rosa cuenta que le daban cuatro o cinco pastillas al día y que creía que una de ellas era para tratar la ansiedad. "A veces me ponían inyecciones a la fuerza...uno o dos empleados me sujetaban de los brazos y la enfermera me ponía la inyección", describe.

Entre los medicamentos que le dieron aparecen antipsicóticos como aripiprazol y clorpromazina, y antidepresivos como escitalopram y trazodona.

AMENAZAS

El adolescente Julio detalló que lo amenazaron con lanzarlo al piso y obligarlo a tomarse las pastillas. "Me dijeron que si no me tomaba la medicina no me podía ir de ahí, que la única forma de salir del (centro de migrantes) Shiloh era tomándome las pastillas". Después de tomar los fármacos, "estaba más cansado, me sentía triste y mis ojos estaban llorosos... empecé a engordar... en unos dos meses engordé 20 kilos", relató.

LETARGO

La abogada del National Center for Youth Law en California Neha Desai varios de los menores de edad con los que conversó en Shiloh"estaban letárgicos". "Al punto de que me pareció que tomaban algo que les hacía estar adormecidos".

Ganar la confianza de los niños no fue fácil, detalla la abogada. "Algunos son huérfanos y ni siquiera tienen un abogado. No hablan de esto con nadie, teníamos que asegurarles que no éramos funcionarios y que protegeríamos sus identidades", indicó.