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  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
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Actúa, deja de postergar

¿Qué significa procrastinar? ¿Cuáles son los efectos en nuestra vida diaria?<BR>
Actúa, deja de postergar



Procrastinación, ¿has escuchado alguna vez este término?. Quizás no, ya que no es muy utilizado en el ámbito coloquial, pero, ¿y si te hablo de los ladrones de tiempo? Seguramente tu mente ya vaya encontrando algunas respuestas. Pues bien, vamos hablar sobre cómo dejar de procrastinar, es decir, cómo alejarnos de la no optimización de nuestro tiempo cuando tenemos que enfrentarnos a una tarea, situación o decisión importante.

Procrastinar viene del latín pro, adelante, y crastinus, referente al futuro, postergación. Por tanto, la procrastinación es la acción o hábito de retrasar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras menos importantes y más agradables.

Ocasionalmente, todos postergamos algo importante en algún momento. Empieza a ser un problema cuando nos perpetuamos en la idea de que mañana será otro día y, por tanto, ya lo haré. Esta mala regulación y organización del tiempo, sostenida en periodos largos, acaba por afectar a nuestro estado de ánimo, y por ende, a nuestro carácter y personalidad para con los demás y las circunstancias que la vida nos presente, al quedarse instaurada una conducta claramente evasiva.

Las situaciones en las que más habitualmente procrastinamos suelen ser:

r Las tareas rutinarias del día a día: limpiar la casa, ir a comprar, planchar, etc.

r Lo que tenga que ver con el cuidado y la mejora personal: dejar de fumar, ir al gimnasio, terminar una formación que me aporta lo que necesito y hacer dieta, entre otros.

r Los compromisos con los demás: no resolver un enfado con nuestra pareja, no dedicarle a los hijos el tiempo efectivo que necesitan para construir vínculos afectivos saludables con sus padres, no terminar a tiempo una tarea o esperar al último momento para prepararme la reunión que tengo con el cliente (...).

r Querer hacer varias cosas a la vez no ayuda a concentrarnos.

r Bloqueos emocionales como el miedo al fracaso, a hacerte responsable de las consecuencias de tus propias decisiones, el perfeccionismo excesivo, la baja autoestima o la poca confianza en uno mismo son elementos habituales cuando hablamos de procrastinar.

r Baja tolerancia a la tensión: tiene lugar cuando tendemos a sobreactivarnos emocional, conductual y/o cognitivamente.

También cuando nuestras metas se hacen difíciles de lograr o presentan algún tipo de obstáculo en la consecución de nuestros logros.

r El Efecto Zeigarnik define la tendencia a recordar tareas inacabadas o interrumpidas con mayor facilidad que las que han sido completadas. Con este panorama, ¿quién encuentra motivación para ponerse manos a la obra?

r Aprendizajes pasados de inutilidad. Por ejemplo, si previamente he hecho un esfuerzo por realizar una tarea y esta no ha sido valorada, entendida y/o tomada en cuenta, aparece en mí el desasosiego o la desesperanza en el momento de entregar otra donde, considero, el resultado pueda ser el mismo. l