José: “Siempre la culpaba por todo a ella y no asumía”
“En mi caso, la violencia no era de un solo lado. Ambos caímos en eso del maltrato, pero la verdad es que aunque nos enfrentemos con todo, los hombres tenemos mayor fuerza física y hacemos más daño”, reflexiona José, un odontólogo de 37 años.
La relación de José y su esposa empezó a desmoronarse cuando surgió la desconfianza entre ellos. “En el afán de demostrarnos que no teníamos nada que esconder, nos revisábamos WhatsApp, Facebook. Yo leía cada papelito de su cartera y ella los de mi billetera. Un día encontré unos mensajes en su celular muy raros, y le reclamé enojado. Desde entonces, yo la culpaba por todo y no asumía que mis celos eran insoportables”.
Un día, en plena discusión, la golpeé. Salí de mis casillas y no me di cuenta de que la estaba pegando como si fuera hombre, sin medir mi fuerza. Ella se defendía, pero yo la lastimé bastante”.
Horas después, la víctima llamó a la Policía para denunciarlo y agentes de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia le dieron un citatorio. La Fiscalía le ordenó salir de la vivienda que compartían juntos.
“Tuve que volver a la casa de mis padres y una orden judicial me obligó a venir a Hombres de Paz”,
A José le pesa no haberse controlado, pero entendió que no había desarrollado los recursos y las herramientas necesarias para canalizar adecuadamente sus celos. “No sabía cómo hacerlo. Extraño a mis hijos y ese es el motor que me mueve para entender, tratar mi inseguridad y la resolución de conflictos de forma pacífica con terapia. Estoy agradecido con el Centro porque ya veo los cambios”, sostuvo José.