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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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10 "malos hábitos" que esconden rasgos positivos de tu personalidad

Un artículo publicado por el sitio Business Insider derriba los mitos de una decena de costumbres.
10 "malos hábitos" que esconden rasgos positivos de tu personalidad



Para convivir en armonía con las personas existen consensos sociales que, aunque no estén establecidos por ley, son de conocimiento público para todos. Dar las gracias, ceder los puestos preferenciales a las embarazadas y adultos mayores, ofrecer ayuda a un discapacitado, dejar pasar a la ambulancia y al camión de bomberos, son algunos ejemplos. Asimismo, hay otros comportamientos que las personas realizan repetidamente, pero que son considerados como "malos hábitos". Todos sabemos que llegar tarde, tener el escritorio desordenado y "patear" las tareas son actitudes que deben ser eliminadas de la rutina. Sin embargo, un artículo publicado por el sitio británico Business Insider derriba los mitos sobre 10 costumbres que, por el contrario a lo que nos dijeron nuestros padres y profesores, esconden un aspecto positivo de la personalidad.

Procrastinar. Libros, tutoriales, rutinas. De todo existe para intentar cambiar la tendencia de las personas por posponer las tareas. Sin embargo, Adam Grant, psicólogo y profesor de Wharton, explica que hay que ampliar la concepción de postergación y dejar de asociarla con pereza. La procrastinación también tiene que ver con la necesidad de esperar el momento correcto. Esto incluso puede ayudar a impulsar la creatividad al tener más tiempo para desarro-llar una gran idea, asegura el experto.

Morderse las uñas. La Academia Americana de Pediatras realizó un estudio que siguió a mil niños desde los cinco años. Cuando tenían 5, 7, 8 y 11, los investigadores le preguntaron a sus padres si sus hijos tenían onicofagia o si se chupaban el dedo. Cuando tenían 13 y 32 años, les rea-lizaron pruebas de alergias.

Los resultados arrojaron que quienes se habían chupado el dedo pulgar o carcomido las uñas, tenían una menor tendencias a desarrollar una alergia. Cabe destacar que el estudio advierte las malas consecuencias para la piel y los dientes a largo plazo.

Andar atrasado. La impuntualidad a veces interviene en las relaciones personales e incluso puede llegar a ser considerada como algo irrespe-tuoso. Pero Diana DeLonzor, autora de "Nunca llegues tarde", tiene otra idea al respecto. Las personas que andan retrasadas son un sinónimo de optimismo y altas expectativas. "Muchas personas tienden a ser optimistas y poco realistas (...) y esto afecta su percepción del tiempo. Realmente creen que pueden salir a correr, recoger su ropa en la tintorería, comprar alimentos y dejar a los niños en la escuela en una hora", dijo en entrevista con The New York Times.

Quejarse. En ningún lugar cae bien alguien que reclama constantemente. Pero, según un estudio publicado por The Atlantic, las personas que son conscientes haciendo una crítica en específico, son más felices que las solo se desahogan. "Una queja es efectiva cuando va a un problema que puede remediarse y está dirigido a quien tiene el poder para arreglarlo", dice el psicólogo Guy Winch.

Mascar chicle. Aunque no es algo recomendable en una situación formal o en una entrevista de trabajo, el masticar chicle puede ser la clave para la relajación y la productividad, de acuerdo a varios estudios.

Una investigación de la Escuela de Psicología de la Universidad de Cardiff, Reino Unido, reveló que las personas que acostumbraban comer chicle tuvieron un mejor desempeño en una prueba de inteligencia. Asimismo, otro estudio sugiere que esta costumbre mejora el estado de ánimo y reduce los niveles de cortisol, la hormona del estrés.

Tener el escritorio desordenado. Según la revista Journal of Environmental Psychology, el desorden puede hacer que las personas estén más concentradas y orientadas a los objetivos porque tienden a buscar el orden en alguna otra parte.

Así, un escritorio desordenado puede favorecer a un trabajo más productivo.

Hiperactividad. Mover constantemente la pierna, golpear los dedos contra la mesa o no poder permanecer tranquilo en un lugar por mucho tiempo son sinónimos de una persona hiperactiva, que a veces puede ser desagradable en la convivencia. Pero, un estudio publicado por el Fondo Mundial de Investigación del Cáncer (Wereld Kanker Onderzoek Fonds, por su sigla en holandés) informó que las personas inquietas en el trabajo tienen un menor riesgo de mortalidad que aquellas que permanecían quietas.

Ser chismoso. La Universidad de Berkeley, California, reveló en un ensayo denominado "Las virtudes del chisme: intercambio de información reputacional como comportamiento prosocial", que esta actitud puede ayudar a otras personas con los llamados "chismes prosociales", que tienen como objetivo "proteger a los demás de un comportamiento antisocial o de explotación".

Soñar despierto. Los hallazgos de algunas investigaciones sostienen que la distracción y la decisión de pasar unos minutos imaginando y soñando sobre otras cosas puede hacerte una persona productiva y creativa. Por ejemplo, en un estudio publicado por The Harvard Business Review, se asegura que dejar divagar la mente por aproximadamente 12 minutos mientras se trabaja en una tarea di- fícil, puede ayudar a encontrar una solución más rápida.

Uso de muletillas y palabras extra. La lengua condena tajantemente el uso de cualquier tipo de palabras "extra" e innecesarias, como son las muletillas. Pero según un artículo publicado por el sitio de economía Quartz, expresiones como "ehm", "ah", "en verdad", ayudan a los oyentes a entender y retener lo que la persona les está diciendo l