Consulados velan por el respeto a los derechos legales de los presos
Los consulados de Perú, Argentina y Brasil en Cochabamba velan por los derechos humanos de las personas de sus países que están detenidas, acusadas de cometer algún delito y que permanecen en las cárceles del departamento.
También hacen seguimiento de las causas para ver que tengan un debido proceso.
A eso se suma la ayuda material que dan a sus connacionales.
Algunos consulados los visitan varias veces al año y les llevan ropa, víveres, medicinas.
Ninguno contrata abogados para que los defiendan porque no está dentro de sus competencias.
PERÚ
Las autoridades del Consulado de Perú en Cochabamba realiza cuatro visitas oficiales a los cárceles de la Llajta: los días del Padre y la Madre, fiestas patrias (28 de julio) y en Navidad.
El cónsul de ese país, José Luis Torres, dijo que aprovechan para llevar a los detenidos de esa nacionalidad alimentos, artículos de aseo y otras cosas básicas que son entregadas a todos los detenidos.
Para entregar esa ayuda a los reos, la legación peruana tiene un presupuesto especial.
Explicó que la representación diplomática no contrata abogados para que se encarguen de la defensa de los acusados de haber cometido algún delito, pero sí hacen seguiminto a las causas que involucran a ciudadanos de ese país.
“Nosotros nos entrevistamos de manera grupal y personal con cada detenido. Les escuchamos sus quejas y, si es competencia nuestra, canalizamos la ayuda que necesitan”, dijo el Cónsul.
Añadió que tienen un contacto fluido y permanente con las autoridades de Régimen Penitencario y de la Policía, lo que es muy beneficioso para hacer seguimiento a los procesos y estar seguros de que los derechos de los peruanos recluidos son respetados.
DISCRIMINACIÓN Torres dijo que, en las entrevistas con los presos de su país, las quejas son personales y de temas administrativos, como la lentitud en sus procesos y la falta de interés de sus patrocinadores.
Afirmó que muy raras veces escuchó reclamos sobre supuestos actos de discriminación en contra de esa población.
“Si es que algún connacional se queja de eso, solo lo hace de forma verbal. Por lo tanto, no podemos interponer algún reclamo de manera oficial”.
Dijo que, en los tres años que está de cónsul en Cochabamba, solo recibió una denuncia formal de una reclusa que era víctima de discriminación y maltrato. El Consulado hizo las gestiones pertinentes y esa interna fue cambiada de penal.
Añadió que, normalmente, los internos peruanos “se portan bien”.
BRASIL
El cónsul General Adjunto de Brasil en Cochabamba, Silvio Rhomedes, dijo que tienen algunas limitaciones económicas y no están siempre vinculados a las definiciones que establece la Cancillería y el Gobierno de su país para la asistencia de ciudadanos brasileños que pierden su libertad en el exterior, pero si algún ciudadano de ese país llama al Consulado y pide ayuda, “le damos todo tipo de asistencia”.
Explicó que cuando un detenido brasileño pide apoyo, la legación diplomática lo visita en la cárcel y trasmite a sus familiares lo que le está pasando.
“Trabajamos para que su integridad física y moral sea resguardada, y para que se respeten sus derechos”.
Como sudece con el Consulado de Perú, el brasileño tampoco contrata abogados para que defiendan a sus connacionales, ya que son los mismos acusados o sus familiares los que se encargan de buscar ayuda profesonal y, si no tienen recursos económicos, les asignan uno de Defensa Pública.
El vicecónsul de Brasil, Raul da Silveira Martins Filho, sostuvo que cuando los internos tienen problemas como sus abogados o con los asignados por la justicia boliviana, les ayudan a tramitar el cambio para que sus causas sean agilizadas.
Cuestionó la actuación de algunas autoridades porque no informan al Consulado de Brasil cuando algún ciudadano es detenido.
“Esas cosas dificultan la ayuda que podríamos dar a esas personas”.
Rhomedes señaló que una vez al año llevan alimentos, ropa y otros a los presos de su país que están en los presidios de la Llajta.
ARGENTINA
La cónsul general de la República de Argentina, Patricia Edith Hurtado, dijo que en Cochabamba hay pocos presos de esa nacionalidad y que todos reciben ayuda de esa legación.
Explicó que dan cumplimiento a todos los lineamientos que emanan de la Convención de Viena, es decir que se encargan de verificar que los internos tengan acceso a su consulado, que conozcan los cargos por los que los imputan, que el Estado que los detiene informe a los cónsules y que el preso reciba asistencia de su legación diplomática.
“En Bolivia hay un problema serio porque, en general, no nos avisan que detuvieron a algún ciudadano de nuestro país, pero, cuando nos enteramos, les damos toda la asistencia que necesitan”.
Como las otras legaciones diplomáticas, la de Argentina tampoco contrata abogados para que defiendan a los reos de ese país, pero se encarga de hacer seguimiento cercano de los casos para que se respeten sus derechos y que tengan un debido proceso.
La Cónsul indicó que normalmente responden a los llamados de sus connacionales y les entregan ropa, alimentos y fármacos, cuando los solicitan.
Los internos experimentan una sensación fuerte de vacío
Lorena Cox
Máster en Sicología Forense
De manera general, los recluidos experimentan una sensación de vacío, un alto estado de ansiedad, de supervigilancia.
Hay que tomar en cuenta que todos los que están internos dentro de una cárcel tienen algún grado de peligrosidad. Tienen pensamientos o conversaciones obsesivas porque están contextualizados al ambiente en que están internos. También tienen un alto riesgo para volverse dependientes a algún tipo de droga, lo que en última instancia los puede llevar a la pérdida de la capacidad de tomar decisiones personales.
En ese sentido se tendría que hablar de las consecuencias que tiene la prisión para el recluso de manera fisiológica. Se tiene que hablar de que las cárceles afectan a varias situaciones físicas como la visión. Existe contrastes de iluminación, porque la mayor parte de los ambientes son oscuros, hay ausencia de tonos cálidos de los colores. Existen dolores de cabeza por eso. También se ve afectada la audición por el ruido de manera general que hay en las cárceles, ellos, a nivel auditivo, se encuentran expuestos a un rumor permanente cuyas consecuencias podrían afectar al oído. El sentido del gusto sufre afectaciones por el tipo de comida que consumen, si bien hay variedad de sabores por la cantidad de potajes que se cocinan dentro de los penales, son pocos los que tienen acceso a ellos.
El olfato también se deteriora porque la cárcel, de manera particular, tiene sus características definidas. En general, existe un déficit del cuerpo, pérdida de la imagen. Tienen una carencia de la intimidad que lleva consecuencias difíciles.
Hay confusión en los límites del cuerpo y su entorno.